A sólo un mes de las elecciones extraordinarias en California, el actor devenido político Arnold Schwarzenegger pidió a los periodistas y californianos “más tiempo” para revelar los detalles de cómo piensa hacer para devolver el brillo al Estado dorado. Mientras arrecian las críticas contra Schwarzenegger por seguir sin revelar su programa económico si sale victorioso en las elecciones del 7 de octubre en California, el actor se concentra en llevar su campaña a distintos puntos del Estado, en avisos publicitarios en la televisión y entrevistas en la radio.
“Ustedes siempre quieren respuestas rápidas: yo quiero dar buenas respuestas”, dijo ayer a los periodistas en una breve conferencia de prensa en un hotel de Riverside. La campaña electoral de la estrella de Hollywood es el sueño y la envidia de cualquier político. Allí donde va lo sigue un séquito de periodistas, cámaras y centenares de simpatizantes que le piden autógrafos y fotos. “Me moría de ganas de verlo”, dijo a la televisión una mujer, ya madura, completamente alterada. El actor debió responder, además, a las críticas de comportarse como un “político” al decir que no iba a aceptar dinero de nadie al anunciar su postulación a la gobernación de California, y poco después recibir millonarias donaciones de empresas y particulares.