EL MUNDO › STRAUSS-KAHN SE DEFIENDE DE UNA ACUSACIóN DE PROXENESTISMO

No sabía con quién lo hacía

El ex director del FMI dijo que no sabía que eran prostitutas las mujeres que participaban con él en las orgías que se hacían en un lujoso hotel de Lille, Francia. De ser condenado, DSK enfrenta hasta diez años de prisión y una multa millonaria.

El ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI) Dominique Strauss-Kahn negó los cargos en el juicio que enfrenta por proxenetismo, que se lleva a cabo en Lille, norte de Francia, al afirmar que ignoraba la condición de prostitutas de las mujeres que participaban en las orgías organizadas en un lujoso hotel. El ex director del FMI, a quien las encuestas ubicaban hasta mayo de 2011 como favorito para convertirse un año después en presidente de Francia, afronta un proceso que incluye a otros 13 acusados por haber organizado fiestas sexuales en el hotel Carlton de Lille, delito por el que podría recibir una condena de hasta diez años de prisión y 1,5 millón de euros de multa. Strauss-Kahn, de 65 años, rechazó las acusaciones y enfrentó el testimonio de las prostitutas que participaron en las orgías, constituidas en querellantes.

El ex ministro de Economía de Francia entre 1997 y 1999 admitió haber participado en las orgías pero negó rotundamente conocer que las mujeres fueran pagadas y aclaró que, de saberlo, no habría participado. Consultado por el presidente del tribunal por si había cambiado de opinión al respecto, DSK respondió negativamente. Ayer se aferró a la que ha sido hasta ahora su línea de defensa desde el comienzo del caso. “No sabía que las invitadas eran prostitutas. No me considero en absoluto organizador de esas fiestas, siempre me consideré un invitado, yo no tenía tiempo de organizar velada ninguna”, dijo, al tiempo que calificó los encuentros de “fiestas libertinas” en las que “hombres, mujeres, parejas se reúnen por el placer del sexo y no para tener relaciones afectivas”.

En otro tramo de su declaración, reconoció que en aquel momento (entre 2008 y 2011) era un hombre mundialmente importante y que aquellas fiestas eran momentos de recreo en una vida trepidante. Al llegar al tribunal, su auto fue abordado por tres mujeres de la agrupación feminista Femen, que llevaban sus senos al aire y portaban un cartel con una elocuente inscripción: “Your turn to be fucked” (Tu turno de ser cogido). En medio de gritos contra el ex dirigente socialista, las tres mujeres fueron detenidas por la policía, ante decenas de camarógrafos y fotógrafos que cubren un juicio que acapara la atención mediática en Francia desde que comenzó, el 2 de febrero.

Vestido de traje oscuro y corbata clara, con el rostro tenso, DSK comenzó a participar en el primero de los tres días de audiencia que lo mantendrán frente a un tribunal de Lille. Durante la sesión rechazó que tuviera el menor gusto por las relaciones sexuales pagas. “La concepción de las relaciones sexuales que tengo no es hacerlo con prostitutas; eso no me gusta, lo que me gusta es la fiesta”, dijo. Antes de comenzar el debate, el tribunal leyó una carta que el ex dirigente socialista entregó durante la instrucción a los expertos en psiquiatría encargados de analizar su personalidad. “No cometí ni crimen ni delito”, escribió en la misiva. Asimismo, relativizó la frecuencia de las fiestas libertinas. Cuando se lee la orden de comparecencia ante el tribunal, se tiene la impresión de una actividad frenética en la que las fechas se mezclan con imprecisión, se lamentó DSK, y recalcó que no existió esa actividad desenfrenada.

Sin embargo, sostuvo siempre que se trató de fiestas libertinas que reunían a adultos que consentían su participación en tales encuentros. Las participantes, por su parte, describieron durante la investigación relaciones sexuales que se asemejaban a una carnicería. En un punto que la defensa de Strauss-Kahn seguramente utilizará durante el juicio, Mounia, una ex prostituta y querellante en el proceso judicial, afirmó que nunca habló de dinero, de tarifa, ni nada así durante una velada que mantuvo con el ex dirigente socialista en un hotel de París.

Mounia recordó ante los jueces, con voz quebrada, una relación sexual brutal pero consentida con DSK. “Su sonrisa me marcó del principio al fin. Parecía contento de lo que hacía”, dijo la mujer. La mujer reiteró que había sido advertida de la identidad de su cliente por otro de los acusados, el empresario David Roquet, que la había reclutado para “ver si convenía” a DSK. Roquet, fascinado por Strauss-Kahn, al que ya veía presidente de Francia, buscaba de esa forma ganarse la simpatía del político. Ayer declaró que en ningún momento DSK supo la profesión de las “chicas cultas y elegantes” que se le presentaban.

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Un grupo de feministas protesta contra DSK en la entrada al juzgado de Lille.
Imagen: EFE
 
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