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› UN M1 ABRAMS FUE DESTRUIDO Y DOS DE SUS TRIPULANTES MUERTOS
La guerrilla aprende a volar tanques
Con una bomba o una mina, la resistencia a la ocupación de Irak voló ayer el primer tanque M1 Abrams desde el derrocamiento de Saddam. El gobierno instalado por EE.UU. culpó a la infiltración extranjera. Y la Cruz Roja redujo su personal.
Por Patrick Cockburn*
Desde Bagdad
Dos soldados estadounidenses fueron muertos ayer cuando su tanque de batalla Abrams fue volado por guerrilleros al norte de Bagdad. Esto lleva el número de soldados muertos en Irak desde que el presidente Bush declaró el conflicto terminado a 117, lo que excede la cantidad de muertos durante el conflicto mismo. El tanque M1 Abrams, de 68 toneladas, resultó víctima de una bomba en el camino o una mina cerca de Balad, un pueblo comercial a 75 kilómetros de Bagdad, en el primer incidente en que un tanque estadounidense de batalla queda inhabilitado desde el fin oficial de la guerra. Un tercer tripulante resultó seriamente herido y fue trasladado por avión a un hospital militar en Alemania.
Los ataques por las guerrillas antinorteamericanas, que el domingo pasado dispararon misiles contra el hotel Al Rashid, donde viven cientos de funcionarios estadounidenses, se están volviendo más frecuentes y más sofisticados. Funcionarios estadounidenses dijeron que el promedio de ataques antinorteamericanos llegó a 33 por día la semana pasada. Esto es un incremento de más de un 50 por ciento por sobre los niveles de comienzos de septiembre. También están desparramándose sobre un área más amplia de Irak. Siete soldados ucranianos, parte del contingente total ucraniano de 1650 tropas, fueron heridos cuando dos de sus vehículos tropezaron con minas y hombres armados abrieron fuego contra ellos en Sumayran, al sur de Bagdad, un distrito que previamente había estado tranquilo. Durante la guerra (hasta el 30 de abril) murieron 13.000 iraquíes, 4000 civiles, según informó un estudio hecho por el Proyecto sobre Alternativas de Defensa del Instituto Commonwealth de Massachussetts. El Consejo Provisional Iraquí culpó a combatientes extranjeros de la intensificación de los ataques.
La guerra de guerrillas ocurre principalmente en áreas sunnitas, al oeste y al norte de la capital, pero un miembro prominente del Consejo Provisional Iraquí, un organismo que fue nombrado por Estados Unidos, ha advertido que el mayor peligro es la rabia creciente de los iraquíes comunes contra los norteamericanos. Mahmud Othman, un veterano oponente de Saddam Hussein, dijo a este diario que, “día tras día, los iraquíes se están volviendo más hostiles a los norteamericanos. A la mayoría no les gustan”. Sostuvo que la principal razón es la falta de seguridad y el hecho de que entre 70 y 75 por ciento de los iraquíes está desempleado. Othman también acusó a los funcionarios de la Autoridad Provisional de la Coalición, dirigida por Estados Unidos, y cuya sede se encuentra en un antiguo palacio de Saddam Hussein que está altamente fortificado, de estar absolutamente fuera de sintonía con los sentimientos de los iraquíes comunes, con quienes nunca se encuentran. Agregó, con cierta desesperación: “¿Cómo se puede gobernar un país detrás de esos paredones altísimos?”.
El funcionario dijo que el fin de semana pasado le había pedido a Paul Wolfowitz, el secretario de Defensa adjunto que se encuentra de visita, que se reuniera con iraquíes que integren el Consejo Provisional de Gobierno o incluso que salga a la calle para averiguar cuál es la situación real, pero que Wolfowitz dijo que estaba “demasiado ocupado”. Othman está desconcertado ante el hecho de que, siete meses después del derrocamiento de Saddam, Estados Unidos no haya logrado reabrir el aeropuerto o abrir un canal de televisión satelital. Los iraquíes se enteran de las noticias por canales satelitales árabes hostiles a Estados Unidos y a sus aliados iraquíes. Ayer la Cruz Roja Internacional anunció que reducirá el número de empleados en Irak debido al atentado del lunes que tuvo a su comité central de objetivo.
Los iraquíes que trabajan para la administración controlada por EE.UU. o para organizaciones de seguridad local son cada vez más blanco de ataque. Ocho policías fueron muertos cuando atacantes suicidas impactaron cuatro comisarías en Bagdad el lunes. En la comisaría Al-Khadra, Amr Rashid, un policía, abrazado a su subametralladora de pie junto a un cráter donde estalló un coche-bomba, declaró: “Están pidiéndome que arriesgue mi vida y sólo gano 120 dólares por mes”. Entre los iraquíes de Bagdad hay una creciente sensación de crisis tras el ataque al hotel Al Rashid, y se cree que Irak está entrando en un prolongado período de inestabilidad porque Estados Unidos no tiene respuesta a los crecientes ataques de las fuerzas de la resistencia.
La entrada a Irak de grupos deseosos de atacar a EE.UU. y sus aliados es imposible de parar debido a las extensas fronteras del país, que incluso Saddam fue incapaz de sellar con eficacia. Las propuestas para restaurar la seguridad incluyen reconvocar al ejército iraquí, de 350.000 hombres. Ghassan Attiyah, un distinguido historiador iraquí de larga militancia en grupos de oposición a Saddam –que firmó una sentencia de muerte contra él– declaró: “Estados Unidos debe tragarse su orgullo y traer de vuelta al ejército”. También dijo que al desbandar el ejército en mayo, Estados Unidos había convertido de hecho a la comunidad sunnita iraquí, ex gobernantes de Irak, en ciudadanos de segunda clase. Y agregó: “Los sunnitas tienen la fuerza para desestabilizar permanentemente el país, exactamente como hicieron los kurdos”.
* De The Independent de Gran Bretaña, especial para Página/12.
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