Mié 05.11.2003

EL MUNDO  › EMPRESARIOS DE EE.UU. EMPIEZAN A ROMPER EL EMBARGO A LA HABANA

Pasen y vean lo que Cuba les ofrece

Ya en campaña electoral, George W. Bush ha endurecido su tono contra Fidel Castro, pero empresarios de su país lo desafiaron participando masivamente en una feria comercial en La Habana.

Por Mauricio Vicent *
Desde La Habana

El desafío de los empresarios norteamericanos al gobierno de George W. Bush por el embargo económico contra Cuba va en serio. Sólo dos semanas después de la reunión que sostuvieron en el balneario mexicano de Cancún funcionarios cubanos con directores y representantes de compañías de Estados Unidos vinculadas al sector turístico, 150 hombres de negocios de 71 empresas norteamericanas, muchas de ellas de Florida, han viajado a La Habana para participar en la feria comercial más importante que se celebra en la isla. El lunes pasado, nueve compañías estadounidenses firmaron convenios por más de 20 millones de dólares con las autoridades cubanas.
A la XXI Feria Internacional de La Habana (FIHAV) asisten unas 700 empresas extranjeras y, pese al embargo de Washington, que dura ya cuatro décadas, el 10 por ciento son firmas norteamericanas. Estas exponen sus mercancías en los pabellones de la empresa estatal cubana ALIMPORT, que en dos años ha comprado en EE.UU. más de 500 millones de dólares en productos agrícolas. Entre las empresas estadounidenses las hay emblemáticas, como la fábrica de goma de mascar Adams, con sus marcas Chiclets, Trident y Dentyne, pero también está representada la importante Federación de Arroceros de EE.UU.
El domingo, al inaugurar la FIHAV, el vicepresidente cubano, Carlos Lage, consideró que la presencia en la feria de tantos hombres de negocios estadounidenses demostraba la inconsistencia y lo irracional de la “guerra económica” contra Cuba, cada vez más cuestionada en EE.UU., incluso dentro del Congreso y el Senado. En septiembre, por cuarta vez consecutiva, la Cámara baja de EE.UU. aprobó por 227 votos contra 188 el levantamiento de la prohibición a los viajes de norteamericanos a la isla y lo mismo hizo hace pocos días el Senado, con el apoyo de miembros del Partido Republicano –aunque ya Bush ha anunciado que no permitirá que progrese la iniciativa–.
El noviazgo entre la Cuba de Fidel Castro y los empresarios norteamericanos comenzó en 2001, cuando, tras el paso por la isla de un huracán devastador, Washington autorizó las ventas de alimentos a Cuba “por razones humanitarias”, pero a condición de que las compras fueran pagadas en efectivo por las empresas cubanas. Desde entonces, amparados en esta pequeña grieta al embargo, empresarios de más de 30 estados norteamericanos han vendido a ALIMPORT productos por 500 millones de dólares, convirtiéndose en los primeros suministradores de alimentos de Cuba. El último desafío a Washington tuvo lugar mientras en Nueva York la Asamblea General de la ONU condenaba, por doceava vez consecutiva, la política de embargo norteamericano contra Cuba, con los únicos votos en contra de EE.UU., Israel e Islas Marshall.
“Nos sentimos muy contentos de estar aquí’, dijo el lunes en La Habana Jim Bohlander, vicepresidente de Cargill America, tras suscribir una operación de venta de trigo por valor de 4.1 millones de dólares y otra de 400.000 dólares para suministrar soja. Cargill fue la primera empresa estadounidense en firmar un acuerdo con ALIMPORT. Está previsto que, durante la feria, la compañía estatal cubana realice compras por valor de más de 50 millones de dólares. También, en La Habana, el director para América latina de la Federación de Arroceros de EE.UU., Marvin Lehrer, uno de los pioneros en las ventas a Cuba, expresó su convencimiento de que el embargo finalmente caerá. “Ese –dijo– será un día histórico, pues aunque algunos crean lo contrario, quienes no tenemos prejuicios contra Cuba opinamos que la vecindad geográfica y el sentido común convierten en antinatural cualquier esfuerzo por alejarnos.”
La destacada presencia norteamericana en la FIHAV contrasta con la sensible caída de la asistencia de empresas de otros países en relación a años anteriores. En 2002 estuvieron representadas en el encuentrocomercial 915 firmas de 45 países. De España vinieron 106 empresas, mientras que en esta 21ª edición sólo 64 firmas españolas tienen mostrador en el recinto ferial de Expocuba. Las autoridades cubanas atribuyen el descenso, no solo de la representación española, sino en general de los países de la Unión Europea, a las presiones de los gobiernos de los Quince, enfrentados con La Habana desde marzo, a raíz del encarcelamiento de 75 disidentes y el fusilamiento de tres secuestradores de una lancha de pasajeros. Diplomáticos europeos negaron con vehemencia esta versión, señalando que el menor interés de los empresarios se debe a la “actual situación” de Cuba. “El modelo económico tiene límites evidentes y, aunque aguanta con parches, no tiene una propuesta de futuro”, señaló un diplomático. El mismo consideró que el “fervor” de La Habana por comprar alimentos en EE.UU. “pagando cash” es una “maniobra política” para ejercer presión sobre Washington.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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