Dom 09.08.2015

EL MUNDO  › JEFFERSON LIMA, MIEMBRO DE LA CONDUCCION DEL PT, SOBRE LOS INTENTOS DE DESTITUIR A DILMA ROUSSEFF

“Si dan el golpe, el pueblo bajará del morro”

Jefferson Lima, líder de la juventud petista, afirma que la derecha que quiere derribar a Dilma aún teme generar una disputa en la calle. Y analiza las implicancias de esta crisis política para Brasil y la región.

› Por Darío Pignotti

Desde Brasilia

“La derecha quiere derribar a Dilma, eso todo el mundo lo sabe. Ahora yo creo que ellos temen que si la voltean una parte importante de la sociedad no va a aceptarlo tranquilamente. Me parece que el pueblo pobre va a bajar del morro (laderas ocupadas por favelas).” Jefferson Lima, miembro de la conducción del Partido de los Trabajadores (PT) y líder de la juventud, no es ajeno al riesgo de golpe blanco contra la presidenta Dilma Rousseff ni desdeña la marcha para exigir su renuncia convocada para el próximo domingo 16, fecha escogida por sus organizadores pues coincide con una movilización que precedió a la caída de Fernando Collor de Mello, en 1992.

Este licenciado en historia de 27 años advierte, durante la entrevista de Página/12, que en su afán desestabilizador varios medios contratan encuestas que leídas sin cuidado inducen a la conclusión de que la caída es inexorable.

–¿Es reversible el 71 por ciento de rechazo?

–Es un porcentaje alto, las personas están descontentas, pero no vamos a decir que eso se cambia de un día para otro. Estamos hablando de encuestas: cuando el 71 por ciento responde que no le gusta cómo va el gobierno no está diciendo que va a salir a la calle a voltearlo. Si uno las lee bien va a ver que el 40 o 50 por ciento de los descontentos no quieren golpe, y que una parte de ellos podría salir a defender a Dilma.

Hay sólo un 8 por ciento que opina bien del gobierno, pero eso no quiere decir que esos son los únicos que lo van a defender. Déjeme volver con lo que le decía de las favelas.

–¿Aquello de que el morro bajará?

–Sí, eso. Según el dicho, cuando la gente en la favela se indigna baja del morro al “asfalto”, o sea a los barrios de clase media. La gente de la periferia de las grandes ciudades, del nordeste (región más pobre del país), no está pasándola bien, pero sabe que en estos 13 años de gobiernos del PT hubo muchísimas mejoras. Y la juventud también sabe valorar lo que mejoró. Yo no voy a hablar de lo que harán los 50 millones de brasileños menores de 30 años, digo que una porción importante de la juventud saldrá a la calle para defender a la democracia. Y claro que va a haber disputa en la calle contra esa clase media blanca golpista.

–¿Cree que es inminente ese choque?

–No sé, creo que ellos no se animan del todo a dar el golpe porque no saben bien lo que puede estallar. Y nosotros tenemos que mejorar en nuestra movilización, porque es fundamental para darle sustentación al gobierno.

–¿El gobierno coincide con ustedes?

–Nosotros le hemos dicho al gobierno que se necesita la movilización de los partidos y los movimientos sociales, y que la movilización necesita que el gobierno mejore el diálogo con estos sectores.

–¿El PT perdió afiliados jóvenes con la crisis?

–Hoy tenemos 300 mil jóvenes afiliados, afiliados reales, nadie tiene tantos en Brasil. No hubo muchas afiliaciones en estos meses difíciles, pero tampoco tuvimos desafiliaciones. El PT sigue siendo el partido con más afiliados reales, tenemos 1,6 millones en total. Están aquellos que hablan del fin del PT y nosotros estamos acá para demostrar que eso es ajeno a la realidad. Somos una generación de petistas jóvenes conectados con el pueblo, que vivimos las demandas de la gente, con la diversidad de la juventud brasileña. Nosotros estamos preparándonos para construir un partido más osado...

–Lula habló de burocratización...

–Y es cierto, tenemos que ser más decididos a dar la batalla, que salga de la exagerada conciliación permanente a la que se acostumbró el PT.

–Se espera una multitud en la marcha contra Dilma. ¿La derecha le arrebató la calle a la izquierda?

–La calle es un territorio de disputa permanente. Siempre existió una derecha en Brasil, esa parte de la sociedad que rechaza los programas sociales, que no quiere médicos cubanos en Más Médicos, que están contra la Bolsa Familia, contra el Prouni (becas estudiantes pobres). Ahora están saliendo a disputar la calle. La marcha del 16 refleja que no supimos dar la pelea política correcta. Muchos que van a ir a esa marcha son estudiantes del Prouni, gente que se benefició con nuestras políticas de inclusión, pero fueron a universidades privadas, recibieron educación individualista, la narrativa del ascenso individual. Una parte de esa gente recién llegada a la clase media compró ese discurso.

Lula, con flores

Lula fue recibido con flores y una ovación el viernes cuando saludó a militantes desde sus oficinas atacadas con un artefacto explosivo hace diez días. Hubo consignas como “Lula, guerrero del pueblo brasileño”, que seguramente se repetirán el 20 de agosto, cuando el PT encabece una movilización contra el golpe.

Altos funcionarios del gobierno, que participaron en el acto de desagravio, conversaron con el ex presidente a quien se menciona como futuro ministro del gabinete, según trascendidos publicados por la prensa, confirmados por fuentes petistas que hablaron anónimamente con este diario. Un de ellas especuló que podría ser ministro de Relaciones Exteriores o de la Casa Civil (Gabinete), mientras otra no descartó que asuma la conducción de la cartera de Defensa.

–¿Lula es el garante principal del gobierno?

–Por supuesto, Lula es el mayor cuadro político del país y el mayor líder popular de la historia brasileña. Ellos hablan mucho del golpe como un hecho dado pero están viendo qué pasa si Lula sale a pedir respaldo a Dilma. Le tienen mucho miedo a una persona que a pesar de ser atacado por los medios, que es calumniado, todavía tiene el 30 por ciento de intenciones de voto. Imagínese a Lula otra vez en campaña presidencial, hablando todos los días por radio y televisión, haciendo mítines en todo canto de este país.

–¿Es candidato para 2018?

–Es un candidato prácticamente imbatible, ellos van a hacer todo lo que puedan para impedirle ser candidato porque saben a lo que se enfrentan. Y van a hacer cualquier cosa que puedan para sacarlo de la carrera. Nunca hay que subestimar a la derecha.

Estados Unidos

–¿Hay intereses norteamericanos en esta crisis?

–Por supuesto que hay, y es muy fuerte porque a los norteamericanos nos les cae bien el fortalecimiento de Brasil en América latina, ellos no digieren hasta hoy el enfrentamiento y la derrota del ALCA en 2005 (Cumbre Mar del Plata), no simpatizan con el fortalecimiento del Mercosur logrado con apoyo de los gobiernos del PT. ¿Usted cree que a ellos les gusta nuestra relación con los Brics, la aproximación con China y Rusia? Lula puso a Brasil en un nivel internacional distinto.

Como decía el técnico de la selección (Mario) Zagallo “ellos nos van a tener que tragar”. Si el gobierno del PT sale de escena se puede venir abajo mucho de lo que se construyó en estos años en América latina.

Esto que está pasando se parece a lo que sucedía antes del golpe a Joao Goulart (derrocado en 1964).

–¿Puede ampliar la idea?

–Joao Goulart viajó a China, cuando volvió habían comenzado a preparar el golpe con apoyo yanqui. ¿Por qué? Porque cuando un gobierno se proyecta con un programa internacional independiente tiene que prepararse para enfrentar las represalias norteamericanas. Hay gente que quiere que a ella y al PT les pase lo mismo que a Goulart. Pero no deberíamos poner a Obama como culpable mayor de todo esto.

–¿Obama no tiene nada que ver?

–La política externa norteamericana es muy compleja, los que deciden son la burocracia, el complejo militarindustrial. Hoy hay contradicciones profundas entre la voluntad del presidente Obama, un civil, y la voluntad de la burocracia militar. Es errado hablar del “imperialismo norteamericano” como si Estados Unidos fuera algo homogéneo, dentro hay disputas políticas. La relación de Obama con Dilma es buena, pero los intereses de los grupos imperialistas económicos no aceptan la política petrolera de Dilma. ¿Por qué hay tanta hostilidad hacia Petrobras?

–¿Usted se refiere al proceso judicial del “Petrolao”?

–Ellos no aceptan que Petrobras tenga el control de los campos del presal (grandes reservas). Ahora está toda esta espectacular causa del “Petrolao” a cargo de un juez muy bien tratado por los medios llamado Sergio Moro. Yo creo errado decir que Moro responde a órdenes de Estados Unidos. Yo digo que Moro atiende a los intereses o a las preocupaciones de la burocracia militar e industrial de Estados Unidos que no quieren una Petrobras fuerte.

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