EL MUNDO › EL ATENTADO EN UNA ZONA COMERCIAL CAUSó LA MUERTE DE 20 PERSONAS Y HERIDAS A DECENAS
El santuario de Erawan, en donde explotó la bomba, estaba lleno de tailandeses y extranjeros. El ataque provocó temor y caos en Tailandia, que está gobernada por una junta militar desde mayo del año pasado.
› Por Sofía Mitra-Thakur *
Desde Bankok
La bomba que explotó en un santuario al aire libre en el corazón turístico de Bangkok se habían colocado, según las autoridades, con cruel precisión. Calles llenas de turistas, compradores, empleados de oficina y devotos corrían ensangrentados.
El atentado en el centro de la capital tailandesa fue el intento salvaje para destruir la economía turística de la nación, dijo la junta militar de Tailandia. El número de muertos anoche era de 20, pero es casi seguro que aumentará mientras los hospitales luchaban por tratar a los casi 120 heridos, algunos en estado crítico.
El ataque provocó temor y caos en Tailandia, que está gobernada por una junta militar desde mayo del año pasado. “Tengan cuidado de difundir falsos rumores”, advirtió la junta después del ataque. La policía encontró dos dispositivos explosivos más, que fueron desactivados en forma segura.
Leify Porter, de Sydney, Australia, vio la explosión. “Estábamos en el puente aéreo, donde todos caminan para cruzar la carretera –le dijo a la BBC–. Fue justo encima de donde la explosión ocurrió, y oímos una enorme explosión, luego hubo llamas, humo, escombros volando por todas partes, todo el mundo corría, era bastante caótico. Vimos coches incendiados, y un montón de personas gravemente heridas y muertos.”
La bomba explotó en el interior del santuario de Erawan, dijo el jefe de policía nacional Somyot Poompummuang. Estaba hecha de un tubo envuelto en tela. El santuario está en el sitio donde se realizan discutidas manifestaciones en los últimos años y en el centro de una de las principales zonas comerciales de Bangkok.
“Los que han plantado esta bomba son crueles. Su objetivo es matar porque todos saben que a las 7 de la tarde el santuario está lleno de tailandeses y extranjeros. Plantar una bomba ahí significa que quieren ver una gran cantidad de personas muertas”, dijo el señor Poompummuang.
“Era como un mercado de carne –dijo Marko Cunningham, un paramédico de Nueva Zelanda que trabaja con el servicio de ambulancias de Bangkok–. Hay cuerpos por todas partes. Algunos fueron destrozados. Había piernas donde se suponía que debían estar las cabezas. Era horrible.”
“La policía acordonó las áreas y se llevó a la mayoría de los cuerpos, pero aún había partes de cuerpos y carne humana en la tierra, y bolsas para cadáveres. Era espantoso”, dijo Alessandro Ursic. “Yo escuché la explosión a unas pocas cuadras de distancia. El sitio de bomba era una carnicería absoluta, chocante –añadió Taryn Wilson–. Cuando llegué allí, se habían instalado barreras y los cadáveres habían sido retirados, pero había lo que yo supongo que era un cuerpo bajo una sábana blanca, y varias sábanas más pequeñas alrededor. Es desgarrador para las víctimas y sus familias, así como para esta hermosa y vibrante parte de la ciudad.”
Las explosiones tuvieron lugar justo un día después del evento Bicicleta Para Mamá, el evento de ciclismo liderado por el príncipe heredero Vajiralongkorn en honor del 83° cumpleaños de la reina Sirikit, al que asistieron miles de ciclistas.
Anusit Kunakorn, secretario del Consejo de Seguridad Nacional, dijo que el primer ministro Prayuth Chan-ocha, el ex jefe del Ejército, estaba monitoreando de cerca la situación. “No sabemos todavía con certeza quién lo hizo y por qué –dijo el viceprimer ministro Prawit Wongsuwan–. No estamos seguros de si está motivado políticamente, pero su objetivo es hacer daño a nuestra economía y vamos a perseguirlos.”
Aunque Bangkok vivió un período de relativa calma desde el golpe de Estado del año pasado, hubo un poco de tensión en los últimos meses, con la junta dejando en claro que no puede celebrar elecciones hasta el 2017 y queriendo una constitución que permita algún tipo de gobierno de emergencia para tomar el lugar de un gobierno electo.
Mientras que los atentados son raros en Bangkok, son más comunes en el sur de Tailandia, donde una insurgencia separatista musulmana estuvo creciendo durante varios años. Los últimos grandes atentados ocurrieron en Bangkok en la víspera de Año Nuevo a finales de 2006, cuando una serie de bombas alrededor de la ciudad mató al menos a tres personas e hirió a docenas. Esos atentados se produjeron sólo tres meses después que el golpe militar derrocó al primer ministro Thaksin Shinawatra, y hubo especulaciones que sus partidarios llevaron a cabo los ataques en venganza. Sin embargo, los atentados no fueron resueltos.
El golpe de Estado de 2006 desató una batalla por el poder entre partidarios y opositores de Thaksin, a veces en forma de violentas protestas. Los manifestantes de ambos bandos a veces enfrentaron ataques armados de grupos desconocidos, con más de 90 personas que murieron en 2010 durante las manifestaciones pro Thaksin que fueron aplastadas por el ejército. El foco de las protestas de 2010 era la misma intersección donde tuvo lugar la explosión de ayer.
En marzo de este año, se realizaron varias detenciones en relación con una granada lanzada contra la Corte Penal de Bangkok. Los detenidos aparentemente eran simpatizantes del movimiento Camisa Roja pro Thaksin. Los críticos del actual gobierno militar dicen que algunos de los bombardeos pueden haber sido llevados a cabo por la Junta para justificar su continua represión de los derechos y libertades fundamentales. El gobierno lo negó.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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