Sábado, 7 de noviembre de 2015 | Hoy
EL MUNDO › CASTRO EN MEXICO TRAS QUINCE AÑOS DE DISTANCIAMIENTO
En Mérida, Raúl Castro fue recibido con un abrazo por su par mexicano, Enrique Peña Nieto. Firmaron acuerdos de migración, educación, diplomacia, agricultura y turismo.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, inició ayer su primera visita de Estado a México, en la colonial ciudad de Mérida, para una cumbre en la que ambas naciones buscan renovar su relación tras 15 años de distanciamiento. Castro arribó en un auto oficial negro al patio del edificio de grandes arcos que alberga al gobierno local, donde fue recibido con un abrazo por su par mexicano, Enrique Peña Nieto.
Tras la ceremonia de recepción, ambos presidentes sostuvieron un encuentro privado que se alargó una hora más de lo previsto seguida por la firma de un memorándum de entendimiento para el flujo migratorio ordenado y legal entre los dos países. “Qué viva siempre la indestructible hermandad entre los pueblos de Cuba y México”, dijo Castro durante un mensaje a medios, al término de la reunión privada con su homólogo mexicano Enrique Peña Nieto. En una ceremonia en la que los presidentes encabezaron la firma de cinco acuerdos en materia de migración, educación, diplomacia, agricultura y turismo, Castro y Peña Nieto hablaban sonrientes y relajados.
Peña Nieto dijo que el memorando sobre la migración amplía el marco jurídico para garantizar un flujo migratorio “legal, seguro y ordenado entre ambos países” y combatir la trata de personas. El presidente cubano recordó los varios momentos de la historia en los que cubanos recibieron refugio en México. Raúl Castro relató con emoción cuando en 1955 Fidel Castro y otros jóvenes “recibimos asilo y abrigo por parte de muchos mexicanos” para después zarpar a bordo del Granma hacía la lucha por la independencia cubana.
“Tampoco olvidaremos nunca que México fue el único país latinoamericano que no rompió relaciones con Cuba cuando todos los demás lo hicieron” en momento críticos en la década de 1960, indicó Castro. “México le recibe con los brazos abiertos” es una “tierra que lleva en su corazón” y que “abre su corazón” para que se sienta en su casa, dijo por su parte Peña Nieto.
Peña Nieto invitó a los inversionistas a volver a Cuba y a “contribuir al fortalecimiento” de las economía de la isla y a la generación de empleos. “Queremos ser un aliado en este momento de cambio y apertura”, dijo el presidente mexicano. En tanto, Castro señaló ayer el “destacado” papel que México desempeñó a la hora de denunciar el “ilegal e inmoral” bloqueo económico que Estados Unidos impuso a la isla hace más de 50 años.
El de ayer supone el tercer encuentro entre los dos presidentes desde la llegada al poder de Peña Nieto, a finales de 2012, luego de más de una década de enfriamiento de las relaciones. Sobre los cinco acuerdos firmados ayer en materia migratoria, turística, alimentaria, académica y de educación básica, Castro dijo que benefician a ambos pueblos y ahondan en el relanzamiento de relaciones, que se “renuevan y fortalecen”.
La reciente normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos provocó una oleada de miles de migrantes cubanos los últimos meses hacia territorio mexicano, tratando de llegar a Estados Unidos.
La visita tiene lugar tras el deshielo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos y en momentos en que Venezuela, el mayor socio comercial de la isla, enfrenta una difícil situación económica. México lanzó varios proyectos de inversión en el nuevo megapuerto de Mariel, 45 km al oeste de La Habana, donde la firma cárnica mexicana Richmeat fue la primera en invertir.
Esta es la primera visita de Estado de Raúl Castro a México desde que asumió la presidencia en 2006. Como presidente de Cuba, Fidel Castro visitó México para asistir a varias reuniones multilaterales y a las tomas de posesión, pero nunca hizo una visita de Estado. Peña Nieto decidió en 2013 recomponer la distante relación con la isla mediante la firma de ocho acuerdos bilaterales y la condonación del 70 por ciento de una añeja deuda de 487 millones de dólares que había causado fricciones entre los dos gobiernos.
En mayo 2014, decenas de empresarios mexicanos representando 48 empresas participaron en una misión empresarial a Cuba. México abrió también una oficina de la promotora comercial ProMéxico en La Habana. México y Cuba llegaron casi a la ruptura tras el famoso incidente conocido como el “comes y te vas”, en una cumbre de la ONU sobre el Financiamiento para el Desarrollo celebrada en 2002 en Monterrey, norte de México.
El entonces presidente Vicente Fox le pidió en una llamada telefónica a Fidel Castro que abandonara la reunión de manera anticipada para evitar un encuentro con George W. Bush, presidente de Estados Unidos en aquel momento. Un mes después, Castro divulgó al público la conversación telefónica con Fox.
La relación se había deteriorado desde finales de la década de 1990 por el interés del gobierno mexicano por la situación de los derechos humanos en la isla y quedó en el congelador cuando México retiró en 2004 a su embajadora de La Habana y expulsó al representante diplomático de Cuba en Ciudad de México. Estos encontronazos distaban mucho del profundo vínculo que los hermanos Castro habían tejido con México en la década de 1950, cuando emigraron a la capital mexicana para fraguar la revolución. También quedaron atrás los tiempos en que México fue el único país latinoamericano que no rompió lazos con la isla comunista, en 1962, cuando el resto de la región lo hizo bajo presión de Estados Unidos.
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