Desde La Paz

Bolivia cumplió seis años de Estado Plurinacional el mismo día que Evo Morales celebró sus 10 años de presidencia. Ayer, con la plaza Murillo llena de representantes de organizaciones sociales, el presidente repasó durante cinco horas los logros de su gobierno, iniciado en 2006. Destacó el blindaje de la economía boliviana, que por ahora permanece ajena a la crisis que afecta a la región sudamericana. Y proyectó los principales retos para lo que resta de su mandato, hasta 2020. O será hasta 2025, si dentro de un mes gana el Sí en el referéndum para reformar la Constitución y darle otro período en el Palacio Quemado.

“Tengan coca y café, porque debo informar sobre 10 años de gobierno y va a tomar un tiempo”, advirtió Morales antes de iniciar una letanía de números y datos que conciernen a la administración de un Estado. Permanentemente, el presidente detallaba cuáles eran las cifras anteriores a su llegada al poder y las comparaba por las logradas durante su mandato.

Con el cielo despejado y el pasar de las horas, los indígenas, soldados y pueblo reunidos en la plaza Murillo comenzaron a cocinarse al sol. Algunos se desmayaron, muchos se quedaron dormidos, incluso en el recinto de la Asamblea Legislativa Plurinacional donde Morales peroraba.

“En 2005 (antes de la asunción de Morales), el 10 por ciento más rico tenía 128 veces más ingresos que el 10 por ciento más pobre. Para 2014, esta diferencia se redujo a 39 veces”, informó el presidente.

“Quiero decirle a los movimientos sociales que si luchamos tanto y llegamos al gobierno es justamente para achicar estas profundas asimetrías de familia a familia. Y los empresarios tienen que entender que si no achicamos estas diferencias van a seguir habiendo protestas sociales. La paz sólo se garantiza con justicia social”, aseguró Morales.

“La inversión en Educación en 2005 era de 3472 millones de bolivianos. Ahora es de 20.709 millones de bolivianos, con un crecimiento del 207 por ciento”, leyó el presidente del Power Point. Y precisó que los recursos para esta área representan el 8,5 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI).

“El crecimiento del PBI real entre 1986 y 2005 fue, en promedio, del 3,2 por ciento. En nuestros 10 años de gestión, el promedio de crecimiento económico fue del 5 por ciento”, indicó Morales. Y detalló que el PIB per cápita de Bolivia subió U$S 1.000 en 2005 a U$S 3.119 en 2015.

Hacia el mediodía, la mayoría de las y los legisladores de la oposición se habían borrado de la Asamblea. La monotonía de los datos (transmitidos por cadena nacional) se rompía eventualmente, con el aplauso de diputados y senadores del Movimiento Al Socialismo (MAS) cuando la cifra sonaba impactante. La composición de ambas cámaras cambió también en los últimos 10 años. De un vistazo, en las bancadas se ven decenas de asambleístas mineros, que lucen con orgullo sus cascos, como llevan sus sombreros y sus prendas coloridas las diputadas cholitas (o “señoras de pollera”, como la corrección política manda).

En estos días en La Paz pululan turistas de Argentina, que también estaban en la plaza alentando al líder aymara como si fuera un partido de fútbol, o un recital. “Lo bancamos al Evo porque es de los pocos presidentes de izquierda que quedan en América latina. Además es evidente que le trajo dignidad al pueblo boliviano. Desde nuestros barrios vemos con mucha inspiración lo que pasa acá”, comentó Silvana Rufino, que anda de visita.

El vicepresidente, Alvaro García Linera, dio inicio a las sesiones de la Asamblea con un discurso desprovisto de números. Más bien, optó por contestar a quienes critican al gobierno de Morales porque –dicen– no se hace cargo de sus palabras, fundamentalmente en lo referido a “la defensa de la Madre Tierra”, ya que Bolivia obtiene recursos fundamentalmente de la venta de hidrocarburos y la explotación minera.

“Sobre el llamado ‘extractivismo’, la derecha usa esa palabra para ocultar el verdadero problema central de toda economía, que es la explotación de los trabajadores y la concentración de la riqueza. El izquierdismo de pasarela deslactosada usa ese tipo de ecologismo colonial para criticar a los gobiernos progresistas por preocuparse de la producción dirigida a satisfacer las necesidades básicas de la población y, según ellos, se estaría afectando al medio ambiente. El ecologismo colonial considera que la pobreza de los pueblos es amigable con el medio ambiente”, dijo.

“El socialismo democrático apunta a una nueva forma de interdependencia entre los seres humanos, entre los pueblos y las regiones, pero ahora basada en la satisfacción de las necesidades reales del valor de los pueblos. Tenemos que incursionar en el mercado de manera selectiva no subordinada y para mejorar siempre las condiciones de vida de nuestro pueblo”, aseguró el vice.

“Una revolución necesita tecnología para satisfacer necesidades básicas de la población y la inversión extranjera puede ser una fuente temporal de tecnología siempre y cuando esté sometida al control y planes del gobierno revolucionario y nunca se ponga en riesgo el poder político de los trabajadores de los movimientos sociales.”