EL MUNDO › EL MAGNATE DELINEó SU PLAN INTERNACIONAL EN CASO DE SER ELECTO
Negociaría con Rusia y China, aniquilaría al Estado Islámico, cerraría la economía estadounidense y haría que su país sea menos predecible para despistar a sus adversarios. Haría todo distinto que Obama, explicó.
Donald Trump trazó los lineamientos de la que será su política exterior en una alocución plagada de críticas al gobierno demócrata. En un discurso de 38 minutos con frases hechas como “Estados Unidos primero” o “sólo debemos pelear para ganar”, el magnate inmobiliario se dedicó a atacar la política exterior de Barack Obama ante un abarrotado salón del hotel Mayflower, en Washington. “Si el objetivo del presidente Obama era debilitar a Estados Unidos, no podría haberlo hecho mejor”, dijo el candidato favorito de la interna republicana. Si se convierte en julio en el candidato republicano, gana las elecciones de noviembre y llega al poder en enero de 2017, el magnate se comprometió a negociar con Rusia y China para dejar de ser adversarios, aumentar el tamaño de las fuerzas armadas y evitar enredarse en reconstruir otros países.
Trump fue contundente al criticar a Obama, aunque ni en las críticas ni en las propuestas el empresario ofreció precisiones. “Es hora de desoxidar la política exterior de Estados Unidos con un nuevo enfoque que reemplace la aleatoriedad con objetivos, la ideología con una estrategia y el caos con la paz”, aseguró Trump, y abogó para que, bajo su gobierno, se deje atrás “la falsa canción de la globalización” de manera tal que “ningún ciudadano estadounidense sienta que sus necesidades están por detrás de las de los ciudadanos de un país extranjero”, un mensaje nacionalista que encaja con su proteccionismo en el plano económico.
El líder de la primaria presidencial de la oposición se refirió a varios temas, pero no se explayó demasiado sobre ninguno de los aspectos abordados. Habló del Tratado de Libre Comercio Norteamericano que une a Canadá, Estados Unidos y México (Nafta, por sus siglas en inglés) y lo calificó como “un desastre total”; se refirió a Moscú y dijo: “Algunos dicen que los rusos no son razonables, intentaré descubrirlo”; habló de China y propuso buscar puntos en común basados en intereses compartidos; e hizo mención al Estado Islámico (EI) y aseguró que sus días están contados. “Si soy elegido presidente, el EI desaparecerá y desaparecerá muy rápidamente. No les diré a ellos cuándo ni cómo”, insistió el jefe de Estado, pero no explicó cómo iba a hacerlo porque eso eliminaría el elemento de imprevisibilidad que, a su juicio, es clave en la negociación como en el combate. “Como nación, tenemos que ser más impredecibles, ahora somos totalmente predecibles”, subrayó.
El magnate, que criticó la decisión del ex presidente George W. Bush de invadir Irak en 2003, acusó a Obama de continuar con los errores de su predecesor con su intervención en Libia en 2011 y sus políticas hacia Siria y Egipto. “Cada una de estas acciones han ayudado a expandir el caos en la región y dar al Estado Islámico el espacio que necesita para crecer y prosperar”, opinó. “Todo eso comenzó –continuó– con la peligrosa idea de que podíamos convertir en democracias occidentales a países que no tenían experiencia ni interés en convertirse en una democracia occidental”. Por lo tanto, adelantó, Estados Unidos “saldrá del negocio de reconstruir naciones y en cambio se centrará en crear estabilidad en el mundo”.
Ese principio se aplicaría, también, a las negociaciones con las que espera mejorar la relación con Rusia y China, desde una posición de fuerza. “Algunos dicen que los rusos no serán razonables y yo pretendo averiguarlo. Si en mi administración no podemos llegar a un acuerdo que sea excelente –no bueno, sino excelente– para Estados Unidos, y también bueno para Rusia, nos retiraremos rápidamente de la mesa de negociación”, afirmó. Sobre China, Trump afirmó que ese país “respeta la fuerza”, por lo que él lo presionará para que controle a Corea del Norte y abandone sus actividades en el Mar de China Meridional.
Trump también hizo referencia a Israel y a la tensión que se vivió entre el gobierno de ese país y el de Obama, en los últimos años, debido a la expansión de las colonias judías en Palestina y el acuerdo nuclear alcanzado entre Estados Unidos y otras potencias con Irán. “Nos peleamos con nuestros amigos más antiguos y ahora están buscando ayuda en otro lado. Recuerden eso; no es bueno. Obama no fue un buen amigo de Israel; en cambio, trató a Irán con amor y cuidado”, sentenció en una de las partes más álgidas de su discurso.
Al hablar de los históricos aliados de Washington, también mencionó a sus socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de Asia, una clara referencia a Japón y Corea del Sur. “Tras ser elegido presidente, convocaré una cumbre con nuestros aliados de la OTAN, y otra por separado con nuestros aliados asiáticos. Nuestros aliados no están pagando lo justo por su defensa”, se quejó. “Nos hemos gastado miles de millones de dólares en aviones, misiles, barcos, equipos, en construir nuestro ejército para proporcionar una fuerte defensa para Europa y Asia”, agregó.
Fiel al discurso político que ha tenido hasta ahora, Trump incluyó sus propuestas migratorias en sus planteamientos sobre política exterior. “Debemos parar de importar el extremismo a través de políticas de inmigración”, sentenció el precandidato republicano que se perfila como el favorito para quedarse con la nominación y competir por la Presidencia en noviembre próximo.
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