EL MUNDO › ES LA ELECCIóN PRESIDENCIAL MáS REñIDA QUE ESE PAíS RECUERDE ENTRE DOS CANDIDATOS DE DERECHA
El último resultado oficial con el 94,2 por ciento escrutado reducía la diferencia entre el candidato neoliberal y Keiko Fujimori a 0,56 punto: 50,28 por ciento para el primero y 49,72 por ciento para su rival.
› Por Carlos Noriega
Con resultados oficiales a más del 90 por ciento, ayer todavía no había un ganador proclamado, pero, sin dejar la prudencia, en analistas y políticos, excepto los fujimoristas, había un consenso de que el casi seguro ganador era Pedro Pablo Kuczynski, economista neoliberal de 77 años. Pero ese “casi” alimentaba la incertidumbre. Si los resultados oficiales confirman su victoria, PPK, como se le conoce a Kuczynski, debería asumir el cargo el 28 de julio, y se convertiría en el cuarto presidente electo en forma consecutiva desde el año 2001, un récord democrático en la historia del país.
El último resultado oficial entregado ayer en la tarde por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) al 94,2 por ciento mesas procesadas, reducía la diferencia entre Kuczynski y Keiko Fujimori a 0,56 puntos: 50,28 por ciento para el primero y 49,72 por ciento para su rival. Se anunció que esos eran los últimos resultados del día.
En la primera entrega de resultados oficiales en la noche del domingo al 36 por ciento, la distancia era de 1,16 puntos, siempre a favor de PPK. Ayer la diferencia entre uno y otro era de 91 mil votos sobre 17 millones 418 mil votos válidos contados. Quedaban por contarse alrededor de 1 millón 400 mil votos. El ausentismo fue de 18 por ciento y los votos en blanco y nulos bordeaban el 8 por ciento.La de este domingo ha sido la elección presidencial más reñida que el país recuerde.
La ONPE comunicó ayer que recién el jueves o viernes tendrá los resultados finales. El domingo en la noche dos conteos rápidos también habían dado ganador a PPK, con una diferencia de entre 1 y 1,6 puntos, dentro del margen de error.Todo parecía estar a su favor. Pero la tendencia que disminuía la diferencia volvió a instalar la incertidumbre, que el domingo en la noche parecía despejarse. Los fujimoristas se encargaron de alimentar la idea que su candidata todavía tenía opciones de pasar adelante.
En diálogo con Página/12, Fernando Tuesta, experto en temas electorales y ex jefe de la ONPE, calificó como”muy poco probable” que el resultado se de vuelta. Señaló que la posibilidad que se confirme el triunfo de PPK “es de nueve a uno”, frente a la posibilidad que Keiko remonte. “La probabilidad de que las cosas cambien es mínima”, agregó. Explicó que para darle vuelta al resultado Keiko tendría que sacar “una ventaja abrumadora”, obtener alrededor de un 65 por ciento de los votos que faltan contarse. Algo que parece altamente improbable, dado lo ajustada de la votación entre ambos.
La mayor parte de los votos que faltaban contabilizarse eran de las zonas rurales y del extranjero. El voto de los peruanos en el extranjero representa aproximadamente el 1,5 por ciento del total de la votación. Los fujimoristas se aferraban, como una última esperanza, a un mayor arraigo de Keiko en las zonas rurales y a ganar en el extranjero. Varios de sus voceros aseguraron que con esos votos iban a ganar. Pero una parte significativa de los sufragios que faltan contarse son del sur del país, donde PPK ganó ampliamente, con un resultado por encima del 60 por ciento. Y un conteo rápido de la encuestadora GFK del voto en el extranjero daba ganador a Kuczynski con 52,8 por ciento, contra 47,2 por ciento de Keiko. Las cosas sepresentaban muy complicadas para Fujimori.
Pero los fujimoristas no se resignaban a la derrota. Aunque, por momentos, la realidad pareció traicionarlos, y varios de ellos declararon dando por hecho la victoria de PPK y poniéndose en un escenario de oposición al nuevo gobierno. Del lado de PPK, optaron por la prudencia y repitieron que esperarán los resultados oficiales. Pero en los rostros de los protagonistas era evidente, más allá de las declaraciones, de qué lado estaba el optimismo y el festejo, y de cual la preocupación y la resignación. Esos gestos parecían confirmar los resultados oficiales parciales.
“Conforme llega el voto rural la distancia se va acortando. La distancia es pequeña y estamos optimistas derevertir la ventaja y ganar. Vamos a ganar y Keiko va a ser presidenta”, declaró, desafiante, el congresista fujimorista Pedro Spadaro. Otros voceros del partido declararon en la misma línea.
Pero la realidad traicionó a varios dirigentes del fujimorismo. En una reveladora declaración, que sonó a una involuntaria confesión de derrota, el congresista fujimorista Héctor Becerril dijo: “Vamos a analizar los errores cometidos. El sueño no ha terminado, simplemente se ha pospuesto”. En la misma tónica de resignación, el también parlamentario del fujimorismo Juan Díaz Dios declaró que “no es el momento de encontrar responsabilidades o culpables”.
“Matemáticamente es absurdo que la tendencia cambie. Entre los votos que faltan computarse buena parte son del sur, donde PPK gana ampliamente”, respondió desde la otra orilla el congresista electo Juan Sheput.
La virtual vicepresidenta de PPK, Mercedes Aráoz, dijo que habían decidido esperar los resultados oficiales para pronunciarse, pero aseguró que estaban seguros de la victoria. “No creo que haya cambios. Estamos muy tranquilos, Todo está dentro del margen que esperábamos. Para nosotros el tema (la victoria de PPK) está claro”, dijo.
Kuczynski y Keiko Fujimori se reunieron ayer durante todo el día con sus colaboradores más cercanos. El primero en su casa, en el residencial barrio de San Isidro. La segunda en el local de su partido.
En la tarde, PPK salió al balcón a saludar a sus simpatizantes que lo vitoreaban en la calle. El mismo balcón desde el cual el domingo saludó a sus seguidores cuando se conocieron los primeros resultados que lo daban ganador. No les habló a sus simpatizantes, pero en breves declaraciones a la prensa dadas desde lo alto del balcón, dijo que había que esperar los resultados oficiales y aseguró que no le preocupaba que la distancia que lo separa de su rival se haya acortado. PPK saltó y trató de bailar, con ese estilo tan poco estético que lo caracteriza, para expresar su alegría. Estaba acompañado por su esposa y sus dos vicepresidentes, Martín Vizcarra y Mercedes Aráoz.
Keiko salió de su casa temprano en la mañana y pasó todo el día en el local central de su partido, una amplia casa en un barrio residencial que es propiedad del secretario general con licencia del partido fujimorista, Joaquín Ramírez, investigado por lavado de dinero por las autoridades peruanas y por la DEA, la agencia antinarcóticos de Estados Unidos. Keiko llegó en una camioneta también propiedad de Ramírez. Ramírez ha sido uno de los principales financistas de la campaña de Keiko. Las acusaciones en su contra fueron uno de los factores que golpearon la candidatura de Keiko en la última semana de campaña, semana en la que la candidata fujimorista perdió la elección. Se retiró del local de su partido pasadas las 7 de la noche. Visiblemente nerviosa, solamente atinó a declarar “esperamos con prudencia”.
Martín Vizcarra, vicepresidente de PPK, sintiéndose ya gobierno, dijo que será difícil gobernar con una oposición que será mayoría en un Congreso que estará controlado por el fujimorismo. Agradeció el apoyo dado al virtual presidente electo por Verónika Mendoza, ex candidata presidencial del izquierdista Frente Amplio.
El respaldo de la izquierda fue clave para lo que a estas alturas es una casi segura victoria de PPK. “Le agradecemos a Verónika Mendoza y a todos los que nos respaldaron”, dijo Vizcarra, en alusión a los distintos movimientos políticos, sociales y sindicales que llamaron a votar por PPK, a pesar de sus diferencias con el candidato neoliberal, para detener el retorno del autoritarismo fujimorista al poder.
“Si algo está claro es que el sur tiene memoria y no está dispuesto a cederle ni un milímetro a la corrupción y al narcotráfico. Del sur vendrá la revolución que nuestro pueblo espera”, señaló Mendoza, en alusión a la abrumadora victoria de PPK en el sur, que fue un voto de izquierda que en la primera vuelta le había dado a ella una amplia victoria. Como ya lo ha dicho antes, insistió en que ese voto no era un respaldo a PPK y sus propuestas neoliberales, sino para detener al fujimorismo y lo que representa como autoritarismo, violaciones a los derechos humanos, corrupción y vínculos con el narcotráfico.
Ayer, por segundo día, los peruanos se fueron a dormir sin saber con certeza plena quién será su próximo presidente. Aunque había un muy probable ganador, el suspenso continuaba.
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