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Por Eric Silver *
Desde Jerusalén

El año pasado, el número de israelíes asesinados por los terroristas y combatientes palestinos cayó en más del 50 por ciento. Un “informe del terror” publicado ayer por el establishment de la seguridad israelí mostró que este año hubo 3838 ataques, donde murieron 213 israelíes –50 de ellos soldados–. Durante el 2002, hubo 5301 atentados y murieron 451. Pero también bajó el número de muertos palestinos.
El vocero del gobierno, Daniel Seaman, atribuyó la baja a las medidas israelíes antes que a la disminución de la motivación palestina. “Todavía estamos recibiendo un promedio de entre 40 y 50 advertencias diarias de los servicios de inteligencia”, dijo. “Los números prueban que los esfuerzos de Israel están salvando vidas. El muro de seguridad, la presencia del ejército en los pueblos palestinos, las matanzas selectivas y los arrestos están poniendo a los terroristas a la defensiva”, agregó.
En Jerusalén se puede ver la diferencia. Cada vez más personas salen a comer a los restaurantes del centro. El turismo, que se derrumbó en los primeros dos años y medio de la Intifada, se recupera de a poco. Más de un millón de turistas llegaron el año pasado. Actualmente, unos 11.000 estudiantes judíos recorren el país en viajes educativos y de relaciones públicas pagados por el gobierno. Pero lo que las estadísticas israelíes no revelan es que, a pesar de las persistentes operaciones de búsqueda y destrucción en Cisjordania y la Franja de Gaza, el año pasado la cifra de muertos palestinos también se redujo a casi la mitad. Según la Media Luna Roja, las tropas israelíes mataron a 635 palestinos, comparados con los 1100 del 2002, el año en que hubo más ataques en Jenín, Ramalá, Naplusa y otros puntos de Cisjordania. La proporción entre israelíes y palestinos muertos desde el comienzo de la Intifada sigue firme en uno de cada tres.
Según el informe israelí, la mayoría de los ataques suicidas dentro de Israel fue planeada en Cisjordania y ha sido responsable de más del 60 por ciento del total de víctimas de atentados. Los servicios de seguridad detectaron una tendencia: el uso de mujeres como kamikazes o cómplices. Una de ellas mató a 21 israelíes e hirió a otros 60 en un restaurante de Haifa.
Las organizaciones palestinas, sostiene el informe, supieron explotar el hecho de que en los puestos de control las mujeres fueron revisadas con menos rigor. De las 22 mujeres arrestadas el año pasado, se dice que hay 12 que serían potenciales atacantes y 10 que serían sus cómplices. También se afirma que los ciudadanos árabes que viven en Israel estarían jugando un rol cada vez más solidario con sus parientes palestinos transportando terroristas, recolectando información de inteligencia y contrabandeando explosivos.

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Milagros Belgrano.