EL MUNDO › LA HUELGA EN VENEZUELA HABIA SIDO CONVOCADA POR LA COALICION OPOSITORA

Tibia participación en el paro

Los medios de prensa venezolanos coincidieron en informar que el paro se cumplió a medias y con distintos niveles de adhesión de acuerdo con las actividades y regiones del país. “Necesitan un poquito de Viagra para ver si para algo en este país”, dijo Maduro.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dio ayer por fracasada a la huelga general de doce horas declarada por la oposición política en demanda de la reactivación del referendo con el que pretende revocar el mandato del jefe del Estado.

“Hoy ha triunfado la paz, ha fracasado el paro de la oligarquía. ¡Victoria Popular!”, gritó Maduro delante de una concentración de seguidores en el Palacio Miraflores, la sede del gobierno. Incluso, en tono irónico, afirmó que los líderes de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) “necesitan un poquito de Viagra para ver si para algo en este país. El presidente venezolano dijo que promoverá una denuncia por golpismo en contra de los parlamentarios opositores.

La huelga de doce horas fue declarada por la MUD en el marco de un plan de lucha destinado a forzar al gobierno a poner fecha al referendo revocatorio. Los medios de prensa venezolanos coincidieron en informar que el paro se cumplió a medias y con distintos niveles de adhesión de acuerdo con las actividades y regiones del país. Un día antes del paro, Maduro anunció un aumento del 40 por ciento en los salarios mínimos a partir del 1 de noviembre y amenazó con tomar con las Fuerzas Armadas y los obreros a las empresas que se sumaran a las protestas.

El vicepresidente ejecutivo de Venezuela, Aristóbulo Istúriz, dijo ayer que el paro general convocado por la oposición fue un “rotundo fracaso” y aseguró que todas las empresas y comercios del país estaban trabajando con normalidad. “El pueblo le ha dicho no al paro, el paro convocado por la oposición en Venezuela ha sido un rotundo fracaso”, dijo el vicepresidente al canal estatal VTV. “Se puede ver la industria petrolera, desarrollando su trabajo, la banca, la banca pública y las finanzas, el comercio, las empresas básicas, la pequeña y la mediana industria, el transporte, la educación, la salud, todas las empresas están laborando”, recalcó.

Asimismo, calificó de irresponsable el llamado de la oposición a una huelga pues el país “lo que necesita es trabajo”. “Aquí no se paró nadie, en este país está trabajando todo el mundo, todas las instituciones, nosotros podemos afirmar con mucho orgullo y con mucha alegría, que en Venezuela triunfó la paz, que este país quiere paz, este país no quiere confrontación”, agregó.

Por su parte, el ministro de Trabajo, Oswaldo Vera, dijo que el paro fue el fracaso de un nuevo intento de golpe de Estado de parte de la derecha venezolana y aseguró que todos los reportes que maneja el oficialismo indican que el país opera en total normalidad. “Una vez más ha fracasado la derecha apátrida venezolana’’, declaró a su vez el ministro de Alimentación, Rodolfo Marco Torres, quien se encontraba en una panadería.

La oposición venezolana reunida en la MUD convocó el miércoles pasado la huelga general de 12 horas y el jefe de Estado advirtió el jueves de que el gobierno venezolano haría una inspección a las empresas del sector agroindustrial y farmacéutico del país y que aquella que secundara la huelga convocada por la oposición sería recuperada por la clase obrera. “Empresa parada, empresa recuperada por la clase obrera. No voy a dudar ni voy a aceptar ningún tipo de conspiraciones”, afirmó Maduro.

Dirigentes de la MUD destacaron que muchos empleados atendieron el llamado a la huelga. “La soledad de las calles en sintonía con la soledad de la cúpula corrupta del gobierno’’, afirmó el ex candidato presidencial Henrique Capriles. “Se observa como una jornada de sábado, no a pleno funcionamiento pero tampoco totalmente paralizado’’, afirmó el vicepresidente de la patronal Fedecámaras, Carlos Larrazábal.

En Caracas, Maracaibo –segunda ciudad del país–, San Cristóbal y otras capitales de estados del país se registró también una huelga de alcance parcial. “Si no trabajo no como y tengo tres chamos (niños)’’, afirmó Yadira Manosalvas, de 37 años, empleada de una tasca en el este de Caracas.

Maduro prometió responder enérgicamente al “sabotaje’’ y “golpe parlamentario’’, refiriéndose a la huelga y al plan de la mayoría opositora parlamentaria de declararlo en “abandono del cargo’’, al culparlo de la crisis política y económica. Mientras tanto, efectivos de la Fuerza Armada, cuyo alto mando declaró esta semana “lealtad incondicional’’ al presidente, inspeccionan empresas para verificar que estén funcionando, sobre todo las de alimentos, en tanto los ministros recorren comercios y fábricas.

Empresarios y economistas acusan al modelo socialista de desmantelar la capacidad productiva del país petrolero, golpeado por la caída de los precios del crudo y dependiente de las importaciones. Según la firma Venebarómetro, Maduro enfrenta una impopularidad de 76,4 por ciento y un 67,8 por ciento se dice a favor de revocar su mandato, que concluye en enero de 2019.

La nueva estrategia de la MUD, anunciada el miércoles en una multitudinaria manifestación, incluye una marcha el 3 de noviembre al palacio presidencial de Miraflores, en el centro de Caracas. Esta marcha y la huelga repiten, para el gobierno, el “libreto’’ del 11 de abril de 2002, cuando una masiva movilización hacia Miraflores derivó en enfrentamientos que causaron 19 muertos y un golpe de Estado que sacó del poder a Hugo Chávez durante tres días.

Diosdado Cabello, número dos del chavismo, advirtió que deberían ser llevados presos los directivos de Fedecámaras y el empresario Lorenzo Mendoza, presidente del grupo Polar, mayor productor de alimentos de Venezuela. Agentes de inteligencia rodearon una planta de Polar y la casa de Mendoza, acusado por el gobierno de ser punta de lanza de la guerra económica con que los opositores buscan derrocarlo. El gobierno acusa a los empresarios de planear un nuevo golpe. Pero Fedecámaras afirma que se trata de una huelga ciudadana, no patronal.

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Centenares de chavistas fueron ayer al Palacio Miraflores a escuchar y apoyar a Maduro.
Imagen: EFE
 
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