EL MUNDO › EL PREMIER DIJO QUE SUS FUERZAS SEGUIRAN EN IRAK
Blair rechaza rumores de escape
Por Walter Oppenheimer *
Desde Londres
“No vamos a salir corriendo.” Tony Blair intentó ayer frenar las crecientes especulaciones sobre un nuevo plan de la coalición para buscar una “salida rápida” de Irak. “Lo que ha pasado hoy (por ayer), el asesinato de alguien que estaba intentando trabajar por un Irak mejor y más democrático, subraya este hecho: no vamos a tener ninguna de esas llamadas ‘salidas rápidas’, no vamos a salir corriendo de Irak, seguiremos hasta que hayamos acabado el trabajo”, declaró el primer ministro en Ankara, tras entrevistarse con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan.
Salió así al paso, de alguna manera, de las informaciones de la prensa británica –alimentadas por los portavoces de Downing Street– en el sentido de que Washington y Londres se han puesto de acuerdo para acelerar su salida del avispero iraquí. En realidad lo que dijo ayer Blair y lo que sostiene la prensa es perfectamente compatible: la coalición puede acortar sus perspectivas de permanencia en Irak y al mismo tiempo irse cuando el deber esté cumplido. El problema es ponerse de acuerdo sobre cuándo se considera cumplido ese deber. ¿En cuanto haya habido elecciones? ¿Cuándo no haya riesgo de guerra civil?
El gobierno se dispone a anunciar muy pronto, quizás esta misma semana, el envío de más soldados a Irak. Estados Unidos confirmó ayer el envío de 3600 efectivos desde Corea del Sur a Irak para mediados de año. Para los críticos a la guerra es una muestra de lo mal que van las cosas y una señal en la mala dirección. Pero puede ser también el reconocimiento de que con las fuerzas que hay ahora sobre el terreno es muy difícil garantizar la seguridad en Irak. Y sin seguridad siempre habrá riesgo de guerra civil. Las prisas de la coalición se explican por los crecientes problemas domésticos de Blair y del presidente George W. Bush. El primer ministro pasa su peor momento desde que llegó al poder. No se trata ahora de una crisis concreta o tensiones por una rebelión parlamentaria. Es peor que eso: pura y simplemente ya no es un valor seguro y las especulaciones sobre su dimisión son el tema del día en Westminster.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.