EL MUNDO › LAS INVESTIGACIONES SOBRE EL ESPIONAJE ANTES DEL 11-S

La pista que el FBI no siguió

Por Sophie Goodchild*

Agentes de seguridad estadounidenses y británicos no actuaron sobre una pista que recibieron más de un año antes del 11-S, que establecía que los terroristas de Al Qaida estaban planeando un importante ataque en Estados Unidos, según confirmó ayer el FBI. Niaz Khan, un británico que trabajaba en un restaurante indio, le dijo a investigadores del FBI en abril de 2000 que fue entrenado para secuestrar aviones para Osama bin Laden y que, incluso, le habían enseñado la disposición de la cabina del piloto de un avión Boeing comercial.
Sin embargo, la pista no fue seguida y le permitieron que dejara voluntariamente Estados Unidos. Fue detenido por los servicios de seguridad cuando llegó a Gran Bretaña, pero lo liberaron después de una noche y volvió a su casa. Lo único que hizo el FBI fue agregar el nombre de Khan a la lista de personas que tienen prohibido subir a un avión comercial. Una vocera del FBI dijo que habían llevado a cabo “un trabajo muy completo” cuando investigaron lo dicho por dos semanas, aunque no pudieron comprobarlo. “No creo que hayamos pensado que estaba loco”, dijo. “Escuchamos lo que tenía para decir, pero no pudimos comprobar nada. Tenemos muchos métodos de investigación. Se hizo todo lo que se pudo.” La confirmación por parte del FBI de que había liberado a Khan sale a la luz semanas antes de la publicación de un informe del Congreso sobre los ataques del 11 de septiembre. Se espera que el informe sea muy crítico de las fallas de inteligencia por parte de la CIA y otras agencias y también se referirá específicamente al caso de Khan. Los dichos de Khan al FBI fueron detallados en un informe a una comisión de inteligencia del congreso en 2002.
Le dijo a los investigadores que se involucró con Al Qaida después de que lo vieron en una mezquita en Burnley y le ofrecieron dinero para pagar sus deudas de juego. Después de entrenar en una campo secreto en Pakistán, fue llevado a Estados Unidos para reunirse con un contacto que le daría instrucciones sobre su misión suicida. Pero el hombre, casado, comenzó a tener dudas sobre su involucramiento con Al Qaida. Poco después de arribar, Khan entró a las oficinas del FBI en Nueva Jersey y le dijo a los agentes que había recibido entrenamiento de armas en un campo pakistaní. Le hicieron una prueba con un detector de mentiras que pasó, pero sus interrogadores dejaron que se retirara.
Después de los ataques del 11-S, las autoridades estadounidenses se habrían contactado con los servicios de seguridad británicos solicitando que vuelvan a interrogar a Khan, pero no recibieron respuesta. Khan se contactó con Crimestoppers, una organización británica de lucha contra el crimen y fue entrevistado por oficiales de inteligencia británicos, pero no se hizo nada.
Los abogados de las familias que perdieron familiares en los ataques de Nueva York y Washington dijeron que el hecho de que los servicios de seguridad no actuaran después de la confesión de Khan, seguramente, será una parte importante en su juicio contra el gobierno estadounidense. Ya han viajado a Gran Bretaña para entrevistarlo.

* De The Independent de Gran Bretaña especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.

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