[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

El País

La marcada polarización política de la sociedad venezolana, que raya en la fragmentación y en la posibilidad de alguna forma de violencia civil, ha podido traducirse en un proceso político, del cual forma parte el referéndum revocatorio, pero que, además, pone en cuestión otras instituciones estatales y momentos políticos en la construcción de un régimen democrático. Este proceso político ha permitido que la ciudadanía se exprese en torno del tema de la conducción del Estado. Pero también que las partes en disputa se pongan de acuerdo e incluso refrenden su adhesión a principios constitucionales que no pueden cambiarse a última hora. El domingo los venezolanos nos dieron una lección de disciplina y paciencia al salir a votar y, ante fallas técnicas, se resignaron a largas colas con tal de depositar el voto.
(Editorial. Colombia)

La Nación
Los venezolanos han expresado su voluntad indiscutible, democrática y pacífica de manera clara y convincente. En una demostración masiva de profunda convicción cívica, millones de venezolanos decidieron si el mandato de Chávez sería o no revocado. Los resultados están a la vista y son claros. La mayoría ha decidido a favor de mantener a Chávez. Chávez ha realizado un llamado a la oposición para la paz y la reconciliación, pero ésta ha rechazado la oferta del presidente. Ellos no quieren paz ni reconciliación, no solamente porque carecen de espíritu democrático sino también porque Washington no acepta el veredicto de soberanía de Venezuela.
(Guillermo García Ponce. Venezuela)

Juventud rebelde

En Venezuela no fue una sola persona quien ganó un referéndum. Fue la izquierda mundial la que ha tenido un éxito sin precedentes en las últimas décadas. Durante los últimos días y ahora en los días recientes, los que hemos estado en Venezuela hemos sentido el masivo apoyo de los venezolanos a su presidente, así como la contundencia y firmeza a la hora de defenderse del acoso procedente de múltiples frentes: norteamericano, mediático y oligarquía local. Para que los venezolanos puedan tener un gobierno digno e independiente de Estados Unidos, de las instituciones financieras internacionales, que defienda su soberanía en todos los foros, se requiere someterlo a referéndum revocatorios que no serían aguantados en América latina por la gran mayoría de sus serviles presidentes.
(Pascual Serrano. Cuba)

Daily News

Hugo Chávez, el presidente del sur de la frontera que la Casa Blanca de Bush desprecia estos días, no sólo sobrevivió al primer referéndum revocatorio en América latina sino que logró una victoria abrumadora. Fue una derrota sonora para la elite de clase alta de Venezuela. Su triunfo fue una derrota igualmente vergonzosa para la administración Bush. Había declarado repetidamente a otras naciones que el líder venezolano es un dictador en potencia. El margen de la victoria de Chávez de más de un millón de votos debería dejar en claro que él tiene un enorme apoyo entre los pobres de Venezuela, y ellos son la vasta mayoría de la población. Ahora veremos si la gente de Bush acepta resultados de elecciones democráticas sólo cuando gana su hombre.
(Juan González)

Washington Times
La estabilidad social y política en Venezuela dependerá de la actitud que tomen Chávez y la oposición. La votación fue pacífica, pero todavía no queda claro si será el primer paso hacia un período de civilidad y una mayor adherencia a los principios democráticos. Un Chávez fortalecido debería mantenerse alejado de sus tácticas de mano dura y su retórica despótica del pasado. Sin embargo, las acusaciones de la oposición de fraude han minado las perspectivas de una auditoría de la votación. La oposición debería seguir pidiendo una auditoría, pero debería dejar de lado las acusaciones que no puede probar y que, además, parecen poco probables. El referéndum debería servir para que la oposición comience a reorganizarse para retomar el poder en las elecciones de 2006.
(Editorial)

New York Times

Es hora de que los opositores del presidente Hugo Chávez dejen de pretender que hablan por la mayoría de los venezolanos, como lo demostró el referéndum revocatorio, impulsado por ellos, el pasado domingo. La razón por la que Chávez sobrevivió al desafío, a pesar de sus impulsos autoritarios, no es difícil de figurar. A diferencia de la mayoría de sus predecesores recientes, ha creado programas dirigidos a los problemas cotidianos de los pobres, que son los temas centrales de su administración, y él ha sido capaz de usar las ganancias petroleras para mejorar el bienestar social. Algunos de estos programas han sido diseñados pobremente con el objetivo de movilizar apoyo político. La oposición debe terminar su griterío sin sentido. Llevó a cabo una campaña de referendo inepta, y fracasó en unirse en torno de un único y creíble candidato opositor a Chávez, y se mostró incapaz de alejarse de los políticos oligárquicos del pasado.
(Editorial)

Le Figaro

La victoria del semicaudillo venezolano Hugo Chávez fue un punto de inflexión en la historia política de América latina. Aun amplificado por fraudes y trampas en las urnas, es sin embargo, incontestable. Pero, como en el relato de Esopo, esta victoria del populismo criollo es a la vez la mejor y la peor de las cosas. Comencemos por lo peor: Argentina –que, en este terreno como en tantos otros, sirvió de laboratorio para todo el continente austral, engendró de las épocas de su prosperidad frágil, dos aberraciones ideológicas duraderas: el peronismo y el guevarismo. Opuestos en apariencia, ya que Perón era fascista simpatizante activo de Mussolini y de Hitler mientras que Guevara era, además de alumno de un gran abogado de izquierda, Silvio Frondizi, un semitrotskista en busca de una revolución latinoamericana original, las dos ideologías se encuentran sin embargo en lo esencial. Las dos se fundan en la execración del modelo de libertad estadounidense.
(Alexandre Adler)

Die Tageszeitung

Venezuela ha decidido: Hugo Chávez seguirá en su puesto. Lo que sus opositores le critican –su personalidad, culto, la incapacidad de formar alianzas, la polarización– sigue existiendo. Pero la Constitución redactada durante su mandato es una Constitución democrática, no la de una dictadura, que sin embargo es lo que la oposición sostiene que hay actualmente en Venezuela. Si Chávez se mantiene apegado a esta Constitución en el futuro y sigue teniendo la capacidad de reunir a las mayorías alrededor suyo, entonces puede y debería continuar en el gobierno, sin importar lo incomprensible que esto pueda parecerle a la oposición.
(Bernd Pickert)

El País

El mayor mérito de la consulta sería devolver a Venezuela la estabilidad política y una convivencia civilizada. En los últimos años, bordeando a veces los precipicios del marasmo económico y el enfrentamiento civil, los venezolanos han perdido una inmensa parte de sus energías en polémicas sobre el régimen instaurado por el antiguo paracaidista golpista. Para la oposición parece llegado el momento de dedicar sus esfuerzos a reagruparse ante las elecciones parlamentarias del próximo año –pese a su tenacidad la oposición no ha conseguido plantear un proyecto alternativo consistente–. Para todos los venezolanos –pro y anti Chávez– es la oportunidad de sacar al país de una postración en la que más de las dos terceras partes de la población coquetean con el hambre, pese al río de dinero que proporciona la bonanza petrolera.
(Editorial)