EL MUNDO › ASI LO VEN
A tres años del 11-S
Este fin de semana los norteamericanos revivieron el peor ataque sufrido en el país. Tres años pasaron desde los atentados a las Torres Gemelas y el Pentágono, y en medio, Estados Unidos se embarcó en su doctrina preventiva, con la invasión a Afganistán y a Irak. La actual administración hace un llamado a las armas y sobre todo –a las urnas– ensalzando la figura de Bush hijo de “presidente de la guerra”.
The Independent
Todo el mundo recuerda horrorizado cómo colapsaron las dos torres, símbolos de una ciudad que representaba por sí misma el poder de Estados Unidos y el capitalismo global. Entendimos que el enemigo de nuestras cómodas sociedades occidentales no era el comunismo sino un militante islámico, producto perverso de los fracasos del interior del mundo árabe y las humillaciones externas. Así comenzó “la guerra contra el terror” de Estados Unidos. Los sucesos se siguieron. Primero la guerra en Afganistán para voltear al régimen talibán que había protegido a Al Qaida; después la designación de Bush del “eje del mal”, que consistía en Irak, Irán y Corea del Norte; luego la invasión de Irak –que hoy sabemos que se basó en inteligencia incorrecta y mentiras–. Mientras tanto, los golpes terroristas continuaron.
(Editorial)
Los Angeles Times
Los estadounidenses perdieron tanto esa mañana del 11 de septiembre de 2001. Más de 3000 madres, padres, hijos e hijas. La creencia, aún quimérica, de que esta nación era invulnerable. En los tristes años que pasaron desde entonces, hubo otras pérdidas, incluyendo una que se reveló más lentamente: la continua erosión de los derechos civiles. Tres años más tarde, el paisaje de las libertades estadounidenses está profundamente alterado. La Ley Patriota le da al gobierno nuevos poderes sin precedentes para espiar y arrestar. Incorporadas a las 300 páginas de la ley hay listas de deseos que los fiscales armaron mucho antes de los ataques.
(Editorial)
Washington Post
Bush hizo de la guerra contra el terrorismo el tema básico de su carrera presidencial. Fue acentuado por el golpe desatinado del vicepresidente Cheney esta semana declarando que, si el demócrata John Kerry es electo, “el peligro es que seremos atacados nuevamente” por los terroristas. Pero una mirada de cerca a los antecedentes de Bush en terrorismo sugiere que su tema favorito puede ser realmente una de sus vulnerabilidades. Sin duda ayudó a unificar al país en las semanas inmediatas al 11-S. Y, gracias en parte a operaciones de inteligencia agresivas, no hubo una repetición del 11 de septiembre hasta el momento. Pero eso no es lo mismo que encuadrar una política exitosa antiterrorismo.
(Ingrid Ignatius)