EL MUNDO
La muerte que le cae bien a W2 para amenazar a Siria
Tras el asesinato del ex premier libanés Rafik Hariri, George W. Bush eleva cada vez más el tono de exigencia a Damasco de que retire las tropas del Líbano. Siria hace frente común con Irán.
Por Andrew Buncombe *
Desde Washington
El presidente Bush le pidió ayer a Siria que retire sus tropas del Líbano, el último intento de Washington para aumentar la presión sobre un país al que acusa de apoyar al terrorismo. Bush dijo que Siria debería adherirse a una resolución de la ONU que exige que retire las tropas que tiene en el Líbano desde hace tres décadas. Desde el asesinato el lunes del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, en Beirut, la administración Bush aumentó notablemente su retórica hacia Siria, empañando las líneas entre las palabras que realmente usa y el significado que quiere dar. Hace dos años, la administración usó una táctica similar para sugerir que Saddam Hussein estaba involucrado en los ataques del 11 de septiembre.
El miércoles, por ejemplo, mientras la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, rehusaba culpar explícitamente a Siria de la muerte de Hariri, buscó presionar al gobierno de Damasco sobre este tema: “Fuimos muy claros en que no sabemos quién es responsable de la bomba”, le dijo al comité del Senado. “Pero a los sirios –dada su posición en el Líbano, dada su interferencia en asuntos libaneses, dado el hecho de que sus fuerzas están ahí, dado que los terroristas operan en el sur del Líbano con fuerzas sirias muy próximos a ellos– esto les impone una responsabilidad especial para el tipo de desestabilización ahí.” Bush, feliz de citar las resoluciones de la ONU en cuanto le cuadra a Estados Unidos, continuó en un estilo similar ayer y dijo que Estados Unidos trabajaría junto con otros países en la región para presionar a Siria para que retire sus tropas. “No puedo decir aún si Siria estuvo detrás de la matanza del lunes. No lo sé. No voy a abrir juicio hasta que no conozcamos los hechos.” Continuó diciendo que creía que Siria, que Estados Unidos considera como un estado que patrocina el terrorismo, estaba “fuera de compás con el progreso que se estaba produciendo en la mayor parte de Medio Oriente”.
Estados Unidos rápidamente aprovechó la muerte de Hariri para darles impulso a sus presiones sobre Siria, que también está acusada de actuar como un refugio seguro para los insurgentes en Irak. Esta semana Estados Unidos retiró a su embajadora para tratar de aislar a Siria. Al mismo tiempo, Damasco ha estado buscando apoyo de países en la región. El miércoles, Irán, otro país que se enfrenta a intensas presiones y acusaciones de Estados Unidos sobre su apoyo al terrorismo, anunció que formaría un frente unido con Siria contra las amenazas de Estados Unidos.
Ayer, el ex presidente de Irán, el influyente Hashemi Rafsanjani, les pidió a otros países como Irak y el Líbano que fortalecieran sus relaciones con Irán y Siria para crear una alianza más fuerte.
Estados Unidos está considerando un número de opciones con respecto a Siria: congelar sus bienes, más retiros diplomáticos o aumentar las sanciones. En mayo pasado, la administración Bush impuso sanciones que bloquearon las exportaciones con excepción de alimentos y medicinas. Bush dijo que consultaría con los aliados sobre Siria cuando visite Europa la semana próxima. Como con Irán, el enfoque de Europa para tratar con Siria es totalmente opuesto al de Estados Unidos. Francia, en particular, se opuso a los pedidos de Estados Unidos de declarar a Hezbolá una organización terrorista y a reunir fondos en Europa.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.