Lun 21.02.2005

EL MUNDO  › LA NOVIA DEL PRINCIPE CARLOS ES RECHAZADA POR BUSH

El portazo americano a Camilla

El plan del príncipe Carlos de llevar a su futura esposa en una gira real por EE.UU. se vio saboteado, cuando el presidente George Bush prohibió a Camilla Parker Bowles entrar a la Casa Blanca por ser “divorciada”, según publicó ayer el diario Sunday Mirror. Una fuente del gobierno norteamericano informó que “fue transmitido desde Washington que Parker Bowles no sería bienvenida a la Casa Blanca”.
El viaje que hubiera sido el primer tour oficial en Estados Unidos de la pareja real, una vez casada, no se podrá llevar a cabo por el insólito rechazo del presidente norteamericano de recibir a una divorciada. Bush, un cristiano de derecha y alcohólico reformado, consideró “inapropiado” ser el anfitrión de los recién casados, ambos divorciados. La decisión, informó el diario, fue tomada aun teniendo en cuenta que el ex presidente Ronald Reagan, quien murió el año pasado y a cuyas populosas exequias no dejó de acudir Bush, también era divorciado.
“Los norteamericanos tienen claro que la visita sería objeto de mucha atención mediática y no querían que el presidente fuera arrastrado en lo que desde su punto de vista era un ejercicio de relaciones públicas”, dijo la misma fuente. “Ahora no es seguro que la visita se lleve a cabo”, dijo una fuente del gobierno norteamericano.
Según el Sunday Mirror, fuentes de la Casa Blanca señalaron que ofrecer una cena real a Carlos y a Camilla, que implicaría derrochar masas ingentes de dinero, sería mala prensa para Bush, puesto que la princesa Diana es muy querida por los norteamericanos; en cambio, el príncipe Carlos es visto como tedioso y demasiado reservado. Y ambos, tanto él como su amante desde hace treinta años, son culpados por la ruptura del matrimonio.
La gira, que había sido planeada durante tres años, era retratada como un “viaje comercial”, y Carlos y Camilla iban a cenar con Bush y su esposa Laura en la Casa Blanca. La decisión de Bush, informó el diario, es la última de una serie de golpes que viene sufriendo la pareja desde que anunció su casamiento. Carlos fue forzado a abandonar sus planes de realizar una boda en el castillo de Windsor el 8 de abril, después de enterarse de que la familia real permitiría también a otras dos parejas casarse ese mismo día. La pareja intentó cambiar la situación en la oficina en Windsor Guilhall, pero esto provocó la furia de la reina. Su alteza sermoneó a Carlos y destruyó sus anhelos de tener una ostentosa boda en el castillo de Windsor. Finalmente debió conformarse con una sencilla ceremonia en el registro civil de Windsor.
La visita de Carlos a EE.UU. hubiera sido la primera visita de Estado británica desde la muerte de la princesa Diana, hace siete años.
El príncipe Carlos quería que Camilla fuera aceptada y que se ganara los corazones de los norteamericanos, por lo que había planeado esa visita cuidadosamente y con mucha anticipación, informó el diario.
El portazo de Bush a las narices de la realeza británica sorprende.

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