EL MUNDO
› A EE.UU. LE PREOCUPA EL PARTIDO SOCIALISTA DE BOLIVIA
W2 recela al que MAS crece
Por Pablo Stefanoni
Desde Cochabamba
La consolidación del Movimiento al Socialismo (MAS), liderado por el líder cocalero Evo Morales, vuelve a inquietar a Washington. El pasado miércoles, la secretaria de Estado del gobierno estadounidense, Condoleezza Rice, en declaraciones reproducidas por la prensa boliviana, expresó su preocupación por el crecimiento de “ese partido”, conformado por los cultivadores de coca. Aunque no mencionó sus siglas, es evidente que sus manifestaciones apuntaban al MAS y a Evo Morales, que en las elecciones municipales celebradas en diciembre pasado se convirtió en el partido más votado en el orden nacional.
Las declaraciones de la funcionaria estadounidense fueron pronunciadas en una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, como respuesta a la “curiosidad” del senador Lincoln Chafee acerca de por qué “en momentos en que promovemos la democracia en América latina se da este fenómeno en Bolivia (el fortalecimiento del MAS)”. Estas preocupaciones de Washington no son nuevas: el pasado 20 de enero, el general James Hill, hasta hace poco jefe del Comando Sur, acusó a Morales de “recibir ayuda financiera” de Caracas, lo que fue negado por el líder cocalero. Por su parte, como señala en un artículo reciente el periodista Víctor Ducrot, la revista colombiana Semana aseguró que el dirigente de las FARC, Rodrigo Granda –presuntamente secuestrado en territorio venezolano por fuerzas de seguridad colombianas, hecho que desató una crisis diplomática entre Bogotá y Caracas– “tenía en su agenda el teléfono de Evo Morales”. Con anterioridad, Hill se había referido de manera inquietante al “populismo radical” –entre cuyos exponentes mencionó a Chávez y Morales– como parte de las nuevas amenazas que “alimentan el sentimiento antiestadounidense en el continente”.
“Condoleezza Rice se ha convertido en mi jefa de campaña”, respondió Morales, consciente de que los ataques “gringos” lo colocan donde él quiere estar: en el lugar del “enemigo número uno de la embajada” y de líder nacionalista “defensor de la dignidad nacional”. El líder del MAS recuerda que, paradójicamente, las amenazas del embajador estadounidense Manuel Rocha poco antes de las elecciones presidenciales de junio de 2002 le reportaron a su partido fuertes beneficios en términos de votos, llegando a disputar la Presidencia de la República con Gonzalo Sánchez de Lozada. Si bien en las municipales el MAS alcanzó un 18% de los votos, este resultado –en un escenario político fragmentado– lo catapultó como primera fuerza nacional. Por otra parte, en los municipios rurales de la región cocalera del Chapare, donde Washington invierte abundantes fondos de cooperación de Usaid, el MAS se transformó prácticamente en la única fuerza política.
En Municipios como Villa Tunari, en pleno trópico de Cochabamba, el partido de los cocaleros obtuvo los nueve concejales del concejo municipal. “Ganamos nueve a cero”, le dijo a este diario el alcalde recientemente electo y ex dirigente cocalero Feliciano Mamani. “Y desde los municipios conseguidos estamos planteando la recuperación de nuestros recursos naturales, hoy en manos de las transnacionales”, agregó en un despacho poblado de campesinos e indígenas. Como pudo constatar Página/12 sobre el terreno, en estas zonas –muchas de ellas regiones aisladas, como el área de colonización del parque nacional Isiboro-Sécure donde sólo se puede llegar mediante camiones “unimog” de un metro y medio de altura– cada casa está embanderada con los colores azul, blanco y negro del “Instrumento Político” y los partidos tradicionales fueron barridos del escenario electoral. Aquí los sindicatos campesinos son el Estado y, corrientemente, se enfrentan a la Unidad Móvil de Patrullaje Rural que erradica sus plantaciones de coca. Es este poder territorial, en zonas “sensibles” de la “lucha contra el narcotráfico”, con proyección a otras regiones del país, lo que preocupa a Washington.