EL MUNDO
Siria hace las valijas para retirarse de Líbano
Ante las revueltas en Beirut y las presiones internacionales, Asad anunciará hoy que finalmente sus tropas dejarán el país. Ya preparan posiciones para retirarse gradualmente, como ordenó la ONU hace años.
El futuro de Medio Oriente se está jugando en las calles de Beirut tanto como en las de Bagdad. Observadores y expertos coincidieron en el diagnóstico ante las inmensas protestas populares que aislaron y desestabilizaron a los gobiernos libanés y sirio. La “Revolución de los Cedros” reunió a miles de libaneses en las calles de la capital desde el asesinato del ex primer ministro Rafik Hariri, persona clave para la estabilidad de la región, en un atentado en el que murieron 19 personas en Beirut el 14 de febrero. Las marchas ya pusieron en la cuerda floja al gobierno del general Emile Lahoud, considerado pro sirio, que llegó al poder en 1998.
Para la oposición libanesa, Siria brinda apoyo a grupos armados islámicos y está detrás de la muerte de Hariri. Por eso piden la renuncia de Lahoud, cuyo mandato consideran ilegítimo ya que expiró en 2004, pero fue prorrogado tres años por una enmienda constitucional presentada a instancias de Damasco. El presidente sirio Bachar al Asad pronunciará hoy un discurso ante el Parlamento en el que, según políticos libaneses, se espera que anuncie un repliegue de las tropas de su país en Líbano. La noticia de la inesperada visita de Asad a la Asamblea Popular fue difundida ayer por la agencia de noticias local SANA, que aseguró que el líder hablará sobre los “actuales acontecimientos políticos”.
Mientras tanto, el viceministro sirio de Exteriores, Walid al Mualem dijo ayer en Moscú que Damasco revelará “pronto” un plan para que sus tropas abandonen el territorio libanés según el acuerdo de Taif, que puso fin a la guerra civil libanesa (1975-90) y estipula una retirada por etapas. Por su parte, el ministro de Defensa libanés saliente, Abderrahim Murad, aseguró que Asad comunicará su intención de realizar un repliegue hacia el valle de la Bekaa, en la frontera libanés-siria.
Otras fuentes no descartaron que Assad revele una retirada parcial de los cerca de 15.000 soldados que mantiene desplegados en territorio libanés desde 1976. El régimen de Damasco, si se confirma el repliegue, reaccionaría así ante la presión internacional que exige que sus tropas salgan del país vecino. El presidente estadounidense, George W. Bush, insistió en que la retirada siria debe ser completa y no “a medias” y el ministro británico de Asuntos Exteriores, Jack Straw, dijo ayer que Siria debe abandonar Líbano o se arriesga a ser considerado un Estado paria.
Las presiones buscan que Siria aplique la resolución 1559 del Consejo de Seguridad de la ONU de septiembre, que exige que Damasco retire todas sus fuerzas y deje de intervenir en los asuntos de Líbano. Según testigos presenciales, los militares sirios comenzaron ya a reforzar sus posiciones en la Bekaa. Las mismas fuentes dicen que los sirios comenzaron a excavar trincheras y reforzar posiciones, en especial en Deir Zanjun, a 10 kilómetros de la frontera. Ya lo habían hecho en sus posiciones en las montañas que dominan Beirut y en el eje entre Hammana, Mdereij y Ain Dara, la línea de repliegue que estipula el acuerdo de Taif.
El presidente sirio había señalado en entrevistas a diferentes medios extranjeros la intención de replegar sus tropas en Líbano, aunque se había negado a dar una fecha. El anuncio de la intervención de Asad llega pocas horas después de que se reuniera en Riad con el príncipe heredero saudí, Abdulá bin Abdulaziz, que según fuentes oficiales pidió una inmediata retirada siria del Líbano.
El régimen de Damasco se está esforzando en lograr alianzas con sus vecinos árabes para reducir la presión de Estados Unidos y romper su aislamiento tras más de cuatro décadas de encarnar la línea dura de los países árabes. La revuelta popular libanesa ya consiguió el lunes la dimisión del primer ministro pro sirio, Omar Karamé. Hasta hoy, Lahoud fue incapaz de anunciar el inicio del proceso que llevará a la elección de su sucesor. En la Plaza de los Mártires, rebautizada Plaza de la Libertad, miles de libaneses, muchos jóvenes que no conocieron la guerra civil ni una verdadera democracia, piden el fin del gobierno, la retirada de los sirios y una investigación sobre el asesinato de Hariri.
“Siria era frágil, pero ahora está en peligro”, asegura el experto en aquel país, Patrick Seale, en un artículo publicado en la prensa londinense, en el que afirma que Estados Unidos e Israel pueden aprovechar para derrocar al régimen de Damasco sin emplear la fuerza, como sucedió en Bagdad. Después de la guerra en Irak, Irán y Siria son los nuevos blancos del presidente Bush, que no parece listo para otra aventura militar.