EL MUNDO › SHARON SE REUNIO CON COLIN POWELL Y HOY LO HARA CON BUSH
Con Arafat o sin él, tal el dilema
La Administración Bush está dividida sobre el plan israelí de reanudar negociaciones con los palestinos excluyendo a su líder.
Por Julian Borger y Suzanne Goldenberg *
Desde Washington
Se espera que el presidente George Bush le diga hoy al primer ministro israelí, Ariel Sharon, que debe aceptar a Yasser Arafat como el legítimo líder palestino, a pesar de las declaraciones de Israel de que tiene pruebas del compromiso de Arafat con el terrorismo. También instará a Sharon a restringir la construcción de asentamientos en Cisjordania cuando se reúnan en la Casa Blanca hoy, según dijeron los funcionarios. Pero la fuerza del mensaje quedó debilitada por una abierta diferencia en la administración sobre la importancia del tema. La división es la misma de siempre: Powell contra el ala dura de la Casa Blanca. En Israel, una encuesta publicada por el diario Haaretz revela que el 90 por ciento de los israelíes, incluyendo un 60 por ciento de los votantes del partido izquierdista Meretz y un nueve por ciento de árabes israelíes, están de acuerdo con la operación militar llevada a cabo por Sharon.
Sharon se reunió ayer con el secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, para discutir sus acusaciones contra Arafat, incluyendo aquellas ilustradas por un archivo de documentos que los israelíes dicen que demuestran su uso de fondos, donados por la comunidad internacional, para financiar el terrorismo. Los archivos incluyen memos y facturas de más de 500.000 documentos que el ejército israelí tomó de las oficinas palestinas durante su reocupación de Cisjordania. Israel admite que aunque Arafat pagó a cientos de miembros de Fatah, no todos estuvieron involucrados en ataques contra israelíes. Israel tampoco pudo proveer documentos para muchas de sus acusaciones, incluyendo una declaración de que la Unión Europea, que cubre parte de los sueldos de la Autoridad Palestina, financió a los terroristas inadvertidamente. Sharon habría expuesto la visión de su gobierno de un plan de cese del fuego que involucraba cercas y zonas tapón entre áreas controladas por israelíes y palestinos en Cisjordania.
Los líderes árabes insisten en que un cese del fuego debería conducir a amplias negociaciones sobre el futuro Estado palestino. El rey Abdulá de Jordania se reunirá con Bush mañana para promocionar el punto de vista árabe, mientras Estados Unidos se prepara para las conversaciones en Medio Oriente. Los Estados árabes han sido tibios en su respuesta al anuncio de la conferencia de este verano. El canciller saudita, príncipe Saud al-Faisal, dijo que “no era una mala idea si el contenido era el adecuado”. Washington dejó en claro que había decidido que no había otra alternativa que tratar con Arafat como el representante electo por los palestinos, y aconsejaba fuertemente a Sharon a hacer lo mismo.
Pero también dejó en claro su disgusto con Arafat, e insistió en que los fondos donados para la reconstrucción de la Autoridad Palestina dependen de que Arafat renuncie a la violencia y reforme su régimen autocrático. “Este presidente le pide a cada gobierno del mundo transparencia y buen gobierno, y la Autoridad Palestina tendrá que empezar a reunir algunos de esos criterios si va a ser un elemento fundacional para que el Estado palestino avance”, dijo la consejera de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice. Mientras tanto, los informes de prensa de Estados Unidos sugieren que la Casa Blanca trataría de persuadir a Sharon a que limite la construcción de asentamientos judíos en el territorio ocupado, pero era clara la división en el gobierno de Bush sobre cuánta presión se puede ejercer sobre Israel.
En una entrevista televisiva el domingo, Powell describió la cuestión de los asentamientos como centrales para alcanzar un cese de fuego. Pero Rice, la consejera más cercana del presidente, optó por un punto de vista más relajado. “Los asentamientos eventualmente serán un tema –dijo– pero creo que necesitamos antes aclarar otras cosas. Tenemos que ponerle fin al terror”. La esperanza de Estados Unidos de generar un quiebre hacia un acuerdo de paz decayó ayer cuando las conversaciones sobre el destino de 123 palestinos bajo el asedio israelí en la Iglesia de la Natividad en Belén alcanzó un punto muerto. Los dos lados no pudieron acordar sobre el número de hombres identificados por Israel como sospechosos terroristas que deberían ser encarcelados en Gaza o exiliados. El vicepremier italiano, Gianfranco Fini, negó informes de que su gobierno estuviera preparado para aceptar combatientes palestinos exiliados.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.