El nombre de Benedicto evoca dos palabras dentro de la Iglesia: Europa y paz. Entre los 15 pontífices que tomaron el mismo nombre, fue Benedicto II, elegido en el año 683, el único con tratamiento de santo. Fue en el año 1964, cuando Pablo VI canonizó a San Benedicto y lo proclamó patrón de Europa. Benedicto XVI evoca la defensa de la paz y el afán evangelizador de su antecesor, quien guió la Iglesia Católica durante y en las postrimerías de la Primera Guerra Mundial. Benedicto XV era el italiano Giacomo Giovanni Battista della Chiesa, que fue elegido papa en 1914 y lideró la Iglesia hasta 1922, ganándose el apodo de “Papa de la paz”.
La elección de Benedicto XV fue la primera que se hizo sin la intervención de ningún Estado extranjero. Defendió siempre la neutralidad de la Iglesia en la guerra y redactó una encíclica en la que apremiaba a firmar la paz. Calificó la Primera Guerra Mundial como “infamia horrible de la humanidad”. Consiguió reestablecer las relaciones entre la Santa Sede y los gobiernos de Francia y el Reino Unido. Logró que, por primera vez desde el siglo XVII, el Reino Unido enviara un representante al Vaticano. Falleció en 1922 a causa de una gripe. Sus últimas palabras fueron: “Ofrecemos nuestra vida para la paz del mundo”. Además de su labor diplomática, Benedicto XV, quien como Ratzinger era también una especie de estratega doctrinal, supo levantar el ánimo de la comunidad cristiana después de la guerra y aliviar su sufrimiento.
El teólogo Enrique Miret Magdalena se extrañó ayer, en declaraciones a la Cadena Ser, de que Josef Ratzinger eligiera el nombre de Benedicto. El nombre, según Miret Magdalena, “lo une a un pontificado magnífico de Benedicto XV que, aparte de ser un gran defensor de la paz en aquel momento difícil de la guerra europea, pues también fue un luchador contra el integrismo católico”. Magdalena dijo que este último perfil de Benedicto XV suele olvidarse, pero, según el teólogo, quedó bien reflejado en sus encíclicas.
Benedicto (bendecido) proviene de San Benito de Nursia, un ermitaño que vivió entre 480 y 547, considerado padre del monasticismo occidental. Antes que Ratzinger llevaron ese nombre otros 15 pontífices: Benedicto I (575-579) inició la saga de pontífices benedictinos, según la Gran Enciclopedia Teológica. Nacido en Roma, fue el Papa número 62 de la Iglesia Católica y trató inútilmente de reestablecer el orden en Italia y Francia durante las invasiones bárbaras.
El purpurado alemán, que ha sido el brazo derecho del difunto papa polaco durante su largo pontificado, sorprendió a propios y extraños con la elección de su nombre pues todo el mundo esperaba que asumiera plenamente el legado de su predecesor reinando como Juan Pablo III. Para Paul Collins, autor de una historia papal titulada Upon this Rock (Sobre esta piedra), el elegido Ratzinger puede haber tratado de indicar con este nombre –el tercero más utilizado en la historia–, que no supone necesariamente una continuidad con el papa al que ayudó a elegir en 1978 y cuya doctrina contribuyó a perfilar.