El romance continúa. Los presidentes de Cuba y Venezuela, Fidel Castro y Hugo Chávez, caminaron ayer por La Habana, firmaron importantes acuerdos de cooperación y tuvieron tiempo para saborear el “chocolatico” venezolano, que pronto se venderá en la isla. Castro, de 78 años, enfundado en su tradicional uniforme verde oliva, y su “entrañable amigo” Chávez, de 50 años, vestido con una camisa roja, inauguraron una oficina del gigante Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en el corazón de La Habana Vieja. La oficina tiene una importancia estratégica porque Venezuela quiere utilizar la isla como plataforma para sus operaciones petroleras en el Caribe, y Cuba afianza su crecimiento económico con los 80 mil barriles diarios de crudo que recibe de su principal socio y aliado. Castro y Chávez firmaron también importantes acuerdos de cooperación sobre petróleo y, acompañados por el ministro de Energía del emirato petrolero de Qatar, Abdullah Bin Hamad al Attiyah, colocaron una ofrenda floral en la estatua del libertador Simón Bolívar, en el casco histórico de la capital cubana. “Este es un día histórico”, dijo Fidel. “Hemos venido construyendo como el que construye una casa, bloque a bloque, concreto a concreto, por eso estoy muy feliz de estar aquí”, le contestó Chávez. “Diez años después de haber venido a Cuba por primera vez, estamos aquí, diez años más jóvenes”, prosiguió el presidente de Venezuela. “Yo con mi caída y tú sin haberte caído”, respondió a su vez Castro, refiriéndose a la caída que sufrió en octubre pasado, que le provocó fracturas en una rodilla y un brazo. “Cómo no, yo tuve mi caída el 11 de abril y los dos nos recuperamos”, señaló Chávez, en alusión al intento de golpe de Estado que sufrió en abril del 2002. Después, ambos se dirigieron al recinto ferial de ExpoCuba, en las afueras de la ciudad, donde más de 200 empresarios venezolanos exponen sus productos por primera vez. Chávez y Castro recorrieron la muestra y probaron, entre otros, productos del mar y el chocolate venezolano.