Al cabo de una extensa ronda de negociaciones que en muchos momentos se pareció a una batalla naval, la izquierda francesa logró finalmente ponerse de acuerdo en torno de una serie de candidaturas “de unión” cara a las próximas elecciones legislativas. El PS, el PC, los radicales de izquierda y los verdes confeccionaron una lista de 170 circunscripciones donde presentarán candidaturas comunes a todos los partidos o a alguno de ellos. De las 577 circunscripciones en juego, las 177 que dieron lugar al acuerdo rosa-verde-rojo conciernen sobre todo a aquellas donde existe un riesgo de que la extrema derecha sea elegida o que la izquierda no esté presente en la segunda vuelta. En total, habrá 34 candidaturas únicas y 136 de unión, es decir, bi o trilaterales. En las demás circunscripciones los cuatro partidos se comprometieron a un “retiro automático” en la segunda vuelta a favor del representante mejor ubicado.
Los detalles precisos del acuerdo muestran hasta que punto las negociaciones fueron difíciles y el pacto final de mediano alcance. El esquema negociado deja afuera la región de las Bocas del Ródano, es decir, allí donde el Frente Nacional recoge el mayor número de votantes. Por esta razón, pese al anuncio oficial hecho ayer, los cuatro partidos continuaban aún discutiendo tanto sobre la región –donde se encuentra Marsella– como en torno a otros “puntos negros” del mapa electoral. El diputado socialista Jean Christophe Cambadelis, el arquitecto de la llamada “izquierda plural”, reconoció no obstante que se había “llegado más allá de lo que pensamos en un primer momento”. El Partido Socialista aceptó no presentar sus candidatos en 105 circunscripciones y evitó así las críticas constantes que le hacían sus socios políticos acerca de su “conducta hegemónica”. A su vez, por primera vez en su historia, los comunistas aceptaron sacar a sus candidatos de determinadas circunscripciones y PS y PCF permiten a los ecologistas de ocupar una posición menos marginal.
Cuarenta y ocho horas antes de que se cierre el plazo para el depósito de candidaturas, las formaciones políticas ultimaban los detalles de la batalla legislativa. La derecha parte con una doble ventaja:la del efecto que sigue produciendo la victoria del presidente saliente Jacques Chirac y los “signos” emitidos por el nuevo gobierno, muy especialmente en el campo de la seguridad. Toda la estrategia de la izquierda francesa está hoy orientada a contrarrestar ambos efectos, el presidencial y el gubernamental. Bajo el slogan “elijamos el progreso, adelante con la izquierda”, el PS lanzó ayer su campana con el objetivo de “borrar” el terremoto de las presidenciales y abrir “un auténtico debate” entre la derecha y la izquierda. Y que la izquierda hable como tal.