EL MUNDO
El viejo arte pinochetista de zafar por viejo y débil
Por razones de edad y salud, la Justicia chilena otorgó la libertad condicional a Lucía Hiriart tras el pago de fianza. Pero Marco Antonio seguirá preso, considerado “un peligro para la seguridad de la sociedad”.
Uno del clan Pinochet sale de la cárcel, el otro se queda. A Lucía Hiriart, esposa del ex dictador chileno, la Corte de Apelaciones le otorgó ayer la libertad condicional, previo pago de una fianza de 3700 dólares, beneficio que le fue denegado a su hijo Marco Antonio, procesado también por complicidad en delitos tributarios.
En el caso de Hiriart, de 82 años, el tribunal aceptó las razones de salud que la mantienen en el Hospital Militar, pero sobre el hijo negó el beneficio por considerarlo “un peligro para la seguridad de la sociedad”, por lo que permanecerá detenido en el exclusivo anexo cárcel Capuchinos, informó Radio Cooperativa. La esposa y el hijo quedaron detenidos anteayer como cómplices del delito de fraude fiscal, en el marco de la investigación por las cuentas secretas de Augusto Pinochet en bancos extranjeros.
El juez Sergio Muñoz, quien investiga las millonarias cuentas del ex dictador en el Riggs y otros bancos de Estados Unidos y terceros países, incluidos paraísos fiscales, los procesó y dispuso su detención el miércoles. La decisión de concederle al día siguiente el beneficio de la libertad bajo fianza fue tomada por la Sala Quinta de la Corte de Apelaciones de Santiago, dejando expresa mención de que la misma se otorgaba “teniendo únicamente en consideración la edad y el estado de salud de la procesada”. Sin embargo, los jueces Amanda Valdovinos, Víctor Montiglio y Humberto Provoste denegaron el beneficio para el hijo menor del matrimonio Pinochet-Hiriart, quien fue sometido a proceso por el mismo cargo que su madre. El artículo 363 mencionado en el dictamen indica que “sólo podrá denegarse la libertad provisional, por resolución fundada, cuando la detención o prisión sea estimada por el juez como necesaria para el éxito de las investigaciones del sumario, o cuando la libertad del detenido o preso sea peligrosa para la seguridad de la sociedad o del ofendido”.
Tras notificarse de su procesamiento en la sede de la Policía de Investigaciones, Marco Antonio quedó detenido en la cárcel Capuchinos, donde permanecerá hasta nuevo aviso. Luego de conocer la determinación judicial, los abogados de la esposa de Pinochet se dirigieron a oficinas del Banco Estado para depositar en la cuenta del tribunal del juez Muñoz el monto de la fianza.
La certificación del pago se derivará a Gendarmería de Chile, para que sea conocida por el oficial penitenciario quien, junto a siete funcionarios, resguarda a Lucía Hiriart en una habitación del segundo piso del recinto asistencial castrense. Saldrá hoy del Hospital Militar -había sufrido un alza de presión en el momento en que era notificada de su detención-.
Al argumentar su auto de procesamiento, el magistrado Muñoz indica que tras el estudio de las inversiones hechas en el extranjero por Pinochet y sus familiares, entre 1979 y 2004, concluye que Hiriart y su hijo cooperaron para ocultar al Servicio de Impuestos Internos (SII) las verdaderas rentas del ex dictador.
De Marco Antonio afirma que participó en 21 episodios de transacciones en Estados Unidos, de 1980 en adelante, utilizando incluso pasaportes falsificados para abrir cuentas y constituir sociedades. Lo anterior habría sido para ocultar la identidad de su padre como inversionista en el extranjero e imposibilitar que las autoridades chilenas tomaran conocimiento de tales inversiones.
De Lucía Hiriart se afirma que sabía de los montos que su marido manejaba en el extranjero y que ella lo ayudó a mantener cuentas bancarias de carácter binominal, antes como después de la separación de bienes, y que se benefició de ellas.
Hiriart sólo reconoció cuentas en el Banco de Chile y negó otras cinco descubiertas por Muñoz en los bancos Riggs, First National yEspíritu Santo, además de un Trust en Bahamas en el que ambos figuraban como administradores. Sin embargo, el juez estableció que la firma de la apertura de estas cuentas era la de Hiriart.
La mujer se cambió al régimen de matrimonio con separación de bienes en 1999 y siempre ha afirmado que es dueña de casa, sin rentas propias ni negocios.