“El resultado es definitivo. Sharon ganó”, declaró el portavoz del Likud, Shmoulik Sisso, luego de la votación de ayer en la que se decidía si se imponía la propuesta del rival del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de adelantar las elecciones internas del partido gobernante para noviembre. Ariel Sharon, que ganó por sólo 104 votos, ya había advertido que esta propuesta “dañaría seriamente” al ya dividido partido, en el que Sharon jugó un papel crucial cuando se formó 32 años atrás.
La declaración de Sharon, que se negó a rechazar la posibilidad de formar un nuevo partido si el suyo lo bloqueaba, fue después de una reunión, previa a la votación de los 3000 miembros de Likud, que terminó con escenas caóticas el domingo cuando el primer ministro no pudo hablar.
Aliados de los dos bandos continuaban acusándose mutuamente de haber saboteado el sistema de discursos públicos el domingo y evitando que Sharon se dirija al comité durante el debate previo a la votación de ayer. Anye Naor, actualmente un profesor de política en la Universidad Ben Gurion aseguró que “el partido podría ser dividido” y cree que Netanyahu tiene más posibilidades que Sharon de ganar una lucha por el liderazgo dentro del Likud, aunque no una batalla con el electorado en general “que apoya la desconexión, los compromisos, un estado palestino”.
Los esfuerzos de Sharon para asegurarse la victoria en la votación de anoche coincidía con una ofensiva militar que continuaba ayer, y que ordenó contra los militantes de Gaza después que docenas de cohetes atacaron a objetivos israelíes durante el fin de semana.
Nuevos ataques aéreos golpearon ayer objetivos que incluían edificios que, según el ejército, eran usados para fabricar bombas en la ciudad de Gaza –donde las proveedoras de energía estaban suspendidas– y en Rafah y Khan Yunis.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Laura Carpineta.