EL MUNDO
› LAS DOS AGENCIAS SE ACUSAN MUTUAMENTE POR LOS FRACASOS DEL 11
Guerra total entre la CIA y el FBI
Mientras comenzaban las audiencias a puertas cerradas sobre los fallos de inteligencia antes del 11 de setiembre, las dos agencias principales se trabaron en su propia guerra acusándose mutuamente a través de filtraciones periodísticas.
Por Julian Borger *
Desde Washington
Una áspera discusión surgió ayer entre la CIA y el FBI sobre cuál de las agencias era más culpable de no haber evitado los ataques del 11 de setiembre, el día que el Congreso comenzó las audiencias de la investigación por los graves errores de inteligencia. Una extraordinaria batalla de acusaciones quebró el muro de secreto que rodea generalmente los asuntos de inteligencia y emergió en la prensa, donde funcionarios anónimos culparon a la CIA por no pasar información crítica sobre dos sospechosos de Al-Qaida que la agencia rastreó desde enero de 2000, y que luego se encontraron entre los secuestradores detrás de los ataques del 11 de setiembre.
Funcionarios de la CIA, también anónimos, respondieron en los diarios de ayer alegando que ellos habían pasado el nombre y el número de pasaporte de por lo menos uno de los sospechosos, Khalid Almidhar, al FBI, en un mensaje por e-mail el 6 de enero de 2000. Un funcionario de la agencia le dijo al New York Times que la correspondencia por e-mail probaba que “es falso decir que nosotros retuvimos información sobre él”. Sin embargo, otros funcionarios de la administración atacaron nuevamente, defendiendo al FBI y sosteniendo que la CIA había dejado de pasar detalles cruciales, incluyendo el hecho que Almidhar y el otro sospechoso bajo vigilancia de la CIA, Nawaf Alhazmi, habían volado a Estados Unidos y que estaban relacionados con sospechosos en un anterior ataque terrorista. Ambos hombres ayudaron a secuestrar el vuelo 77 de American Airlines y lo hicieron estrellar contra el Pentágono.
El presidente George Bush restó importancia ayer al ciclo de recriminaciones como luchas internas “típicas de Washington DC”, y declaró que tanto la CIA como el FBI habían actuado para corregir sus errores. “En cuanto a si el FBI y la CIA se estaban comunicando correctamente, creo que resulta claro que no lo estaban”, dijo el presidente. “Ahora, nos hemos abocado al tema, y la CIA y el FBI tienen comunicaciones fluidas. Comparten mejor la inteligencia. Y una de las cosas esenciales para ganar esta guerra es tener la mejor inteligencia posible y, cuando logremos la mejor inteligencia, poder compartirla con todo nuestro gobierno”. Bush repitió sus insistencia de que “no había visto evidencia” que sugiriera que los ataques se podrían haber evitado. Esa declaración se contradijo con la admisión del director del FBI, Robert Mueller, la semana pasada, de que el plan podría haberse prevenido si no se hubieran pasado por alto claves importantes. La disputa entre la CIA y el FBI surgió justo cuando el Comité de Inteligencia del Congreso comenzó las audiencias a puertas cerradas en una habitación a prueba de sonidos en lo alto del edificio del Capitolio, especialmente preparado para evitar escuchas electrónicas.
El comité de 37 miembros, seleccionados del Senado y de la Cámara de Representantes, examinará una serie de informes de oportunidades perdidas por el FBI y la CIA para detectar la conspiración de Al-Qaida. Pero Bush insistió en que los procedimientos quedaran clasificados y que ningún otro panel congresional debería lanzar investigaciones por su cuenta.
“Quiero que el Congreso investigue. Pero quiero que un comité investigue, no que múltiples comités investiguen, porque no quiero que nuestro equipo quede maniatado cuando estamos tratando de luchar esta guerra contra el terrorismo”, dijo durante una visita a la Agencia de Seguridad Nacional. El presidente egipcio, Hosni Mubarak, añadió inquietudes a las agencias de inteligencia de Estados Unidos al sostener que su gobierno había advertido a Washington de un ataque inminente la semana anterior al 11 de setiembre. Dijo que la información llegó de un agente secreto egipcio que estaba en contacto con la organización de Osama bin Laden, pero admitió que los egipcios no tenían detalles del plan.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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