EL MUNDO › MAÑANA SE REUNEN LULA, KIRCHNER, EVO Y CHAVEZ EN IGUAZU
Otra vez el tema energético reúne presidentes, esta vez por el enojo del brasileño ante la nacionalización boliviana, de la que se enteró por los diarios. De Brasilia llamaron a Buenos Aires y rápidamente se armó la cumbre para enfriar la situación.
› Por Martín Piqué
En diálogo con Página/12, el jefe de Gabinete adelantó cuál es el objetivo de esta cumbre energética, organizada de urgencia por presión de Brasil. “Se van a reunir el jueves para tratar de buscar mecanismos que garanticen la provisión de energía”, dijo Fernández a este diario. En la comunicación telefónica con Lula, el Presidente volvió a escuchar críticas a Bolivia por su política hacia las empresas de origen brasileño. Kirchner conocía de primera mano esos cuestionamientos: como informó en su oportunidad Página/12, en la última reunión bilateral con Lula el brasileño contó los pormenores del caso de la siderúrgica brasileña EBX, ubicada en el oriente boliviano. Esa compañía decidió abandonar Bolivia y acusó a Morales de intentar “nacionalizarla”.
En la comunicación telefónica, Lula volvió a hacer catarsis por las políticas del gobierno boliviano: “Me hubiera gustado que me avisaran”, fue uno de sus reproches. Y recordó que hace tres años, cuando Morales era candidato del MAS, viajaba muy seguido a Brasil para llevarse el apoyo del PT. Su queja encontró eco en las altas esferas del gobierno argentino. “Los bolivianos tienen lógicas muy distintas a las de uno. Son muy distintos. Y ayer tiraron antes de preguntar ‘quién vive’”, coincidió un ministro que habla todos los días con Kirchner. Lo que más habría irritado a Lula es que Morales no le avisó del anuncio de la nacionalización ni siquiera quince minutos antes. “Hay cosas que se pueden hacer, pero por lo menos tenés que avisar quince minutos antes para no pudrir la cosa”, afirmó a Página/12 un miembro de la Cancillería.
Dado el vértigo del anuncio de Morales, la cumbre de Puerto Iguazú se terminó de concretar casi entrada la noche, con una tanda de llamados internacionales del canciller Jorge Taiana. Tras hablar con el Presidente, Taiana dialogó con sus pares de Bolivia, David Choquehuanca, y Venezuela, Alí Rodríguez. También conversó con el número dos de Itamaraty, Samuel Guimaraes, porque el ministro Celso Amorim se encontraba de viaje. En las charlas se convino que en la reunión de presidentes se analizará el “sistema energético de América latina, las conexiones y los valores de intercambio”. Eso significa que se hablará de los precios del gas que La Paz exporta a Brasil y Argentina, por un lado, y del suministro que recibe Brasilia por los gasoductos bolivianos (26 millones de metros cúbicos de gas, el 51 por ciento del consumo total).
Ayer, el vicepresidente boliviano, Alvaro García Linera, aseguró que su administración quiere que los valores suban a 3,23 dólares el millón de BTU para Brasil y 3,18 dólares para la Argentina. Aunque todavía no se arregló una cifra, el ministro de Planificación, Julio De Vido, ya firmó un convenio en el que el Gobierno acepta un aumento del precio del gas. Según declaraciones de García Linera, Bolivia busca aumentar el precio del gas que se exporta a Brasil en “un mínimo de dos dólares”. Habrá que ver si ese monto será una referencia para Argentina, aunque desde la cartera de Planificación anticipan una “negociación durísima”. Pero Lula y Kirchner piensan negociar en bloque, desde una posición de mayor fortaleza. Así lo reconoció una calificada fuente de la Rosada:
“Seguiremos afianzando la lógica del eje Brasil-Argentina. Eso significa hacerse cargo de lo complicado. No sólo cuando la perinola nos da a favor”, contestó el ministro cuando Página/12 le preguntó si la Argentina no temía pagar eventuales costos políticos por aparecer en la región como defendiendo intereses económicos brasileños. Una opción que parecía surgir a último momento era que Bolivia encontrara una salida legal para diferenciar las inversiones de Petrobras de las europeas de Repsol, Shell, British Petroleum y Total. En Cancillería se imaginaba que podría ser que la nacionalización fuera menos intransigente con las empresas que llevan menos tiempo en Bolivia, como la brasileña.
Habrá que ver hasta qué punto se endurece Lula. Desde el sector privado las presiones serán muy altas, como prueban las últimas declaraciones de Rubens Barbosa, titular de la federación patronal de San Pablo: “No hay duda de que ese populismo nacionalista de Bolivia está inspirado y está siendo auxiliado por el presidente de Venezuela”.
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