El padre Janusz Bielanski, cura de la prestigiosa catedral polaca de Wawel, en Cracovia (sur), fue destituido por haber colaborado con los antiguos servicios secretos comunistas. La renuncia de Bielanski fue aceptada ayer por el cardenal Stanislaw Dziwisz, un día después de la dimisión del arzobispo de Varsovia, monseñor Stanislaw Wielgus, por haber colaborado también con la policía comunista.

“Debido a las acusaciones de colaboración con los servicios secretos de la Polonia comunista, el 2 de enero de 2007 el padre Janusz Bielanski puso su cargo a disposición del arzobispo de Cracovia. El cardenal Stanislaw Dziwisz aceptó la dimisión”, según un comunicado del arzobispado de Cracovia, uno de los feudos del difunto papa Juan Pablo II.

Bielanski, que durante más de treinta años fue párroco de la catedral de Wawel, fue muy querido por Juan Pablo II y durante el último año vivió bajo la protección del actual obispo Stanislaw Dziwisz, que fue secretario particular de Karol Wojtyla. Según la edición polaca del semanario Newsweek, Bielanski, de 68 años, colaboró con los servicios secretos comunistas durante siete años, de 1982 a 1989. Aunque el cura ya había sido acusado de colaborar con la policía comunista por otro conocido sacerdote, Tadeusz Isakowicz Zaleski, capellán del sindicato Solidaridad en Cracovia, bajo la ley marcial del general Wojciech Jaruzelski, siguió ocupando su cargo entre los sacerdotes cracovianos.

Los analistas coinciden en que la aceptación de la dimisión de Bielanski es la confirmación de que el cardenal Dziwisz decidió obrar de acuerdo con la indicación del Papa y acabar con la protección de los sacerdotes que sirvieron a los deseos del régimen comunista. El analista conservador Aleksander Hall elogió la creación de una comisión de investigación eclesiástica para destapar las implicaciones de la Iglesia con los antiguos servicios secretos. “La Iglesia debe buscar la verdad”, exigió por su parte el arzobispo de Gdansk, Tadeusz Goclowski.

Los analistas también consideran que la dimisión de Bielanski puede ser la antesala de próximas destituciones. Kamil Durczok, comentarista de la cadena de televisión privada polaca TVN, indicó que esta dimisión tiene especial relevancia porque se produjo a menos de 24 horas de la renuncia de monseñor Wielgus, quien admitió haber sido confidente y espía comunista.