El hombre fuerte de Chechenia, Ramzan Kadyrov, de 30 años, apoyado por el gobierno ruso de Vladimir Putin, asumió oficialmente el cargo de presidente de esta pequeña república del Cáucaso, devastada por dos guerras ruso-chechenas. Kadyrov, quien es acusado junto con sus poderosas milicias de atrocidades por organizaciones no gubernamentales, prestó juramento en ruso sobre la Constitución chechena, prometiendo “hacer respetar los derechos humanos” en Chechenia. La ceremonia de investidura tuvo lugar en la residencia presidencial situada en Gudermes, a unos 30 kilómetros al este de Grozny, en presencia de unos mil invitados y de un importante dispositivo de seguridad. En la ruta que une a Grozny con Gudermes había un miliciano apostado cada cien metros. El representante especial de Putin para la región del sur de Rusia, Dimitri Kozak, asistió a la ceremonia, así como los presidentes de repúblicas rusas vecinas como Osetia del Norte, Inguchia y Kabardino-Balkaria. Kadyrov, que llevaba un traje azul oscuro engalanado con las medallas del orden de Héroe de Rusia y de la orden de su padre, Ajmad Kadyrov, el presidente pro-ruso de Chechenia muerto en un atentado en mayo de 2004, fue aplaudido por el público.