EL MUNDO • SUBNOTA › ENTREVISTA CON OVADIA EZRA, PROFESOR EN LA UNIVERSIDAD DE TEL AVIV
De acuerdo con el académico israelí, siempre que hay una elección por delante en su país gana el discurso de la seguridad nacional. “Culpando al otro, no se habla de las colonias, tampoco se negocia”, afirma Ovadia Ezra.
Ovadia Ezra es el jefe del Departamento de Filosofía de la Universidad de Tel Aviv. Reconocido académico en Israel y otros países, este profesor también se destaca por ser un intelectual comprometido con la realidad que le toca vivir. Varias veces encarcelado por el Estado israelí por negarse a ser reservista del ejército, Ezra aclara que lo hizo porque las misiones “eran siempre en territorios ocupados”. En diálogo con Página/12, el profesor entiende que la lógica de la actual ofensiva israelí está signada por las elecciones legislativas del 10 de febrero. Sin embargo, advierte: “Los comicios tienen un doble efecto: por un lado, alientan esta clase de acciones militares en pos del rédito electoral –ya que los bombardeos aéreos no provocan bajas propias–. Por el otro, limitan su posible extensión, como es el caso de una posible invasión terrestre, debido a las bajas que ésta conllevaría”.
–¿Cuál cree que es el peso de las próximas elecciones en Israel sobre los actuales bombardeos masivos sobre la Franja de Gaza?
–Las elecciones son fundamentales. Ningún político israelí quiere que treinta días antes de los comicios estén cayendo cohetes Qassam sobre poblaciones civiles. Por ello es que siempre, en los momentos previos a una elección, gana terreno el discurso sobre la seguridad nacional. De aquí se desprenden las acciones militares.
–En los últimos días, al escuchar las declaraciones de los dos principales candidatos, Tzipi Livni (Kadima, centro) y Benjamin Netanyahu (Likud, derecha), se tiene la sensación de que existe un consenso en la clase política israelí respecto de la ofensiva. ¿Es así?
–En parte sí, pero, como dije antes, es una lógica del sistema político en su conjunto, que cada vez más se torna hacia la derecha, con un discurso militarista. Existe un tercer candidato en pugna, el ministro de Defensa, Ehud Barak, que es del Partido Laborista, tradicionalmente un partido más proclive a la negociación con los palestinos. Este, para tratar de ganar su propio espacio de un opositor dentro de la alianza gubernamental, actúa de manera aun más intransigente. Entonces, sí, el consenso es amplio. El discurso político se radicaliza y siempre se culpa “al otro”, en este caso a los palestinos. Siempre “estamos bajo ataque”. Por ende, en tanto este discurso impere, esta clase de agenda se impone. Si logramos culpar al otro de todo, no se discute nada de lo propio. No se discuten las colonias, nada. Más aun, cuando el otro es “un terrorista”, ni siquiera se negocia. Ahora, están los cohetes y todo eso. Pero el asunto no es Hamas. El tema de fondo es “la cuestión palestina” en sentido amplio.
–Puestas las cosas en estos términos, ¿hay posibilidades de negociar?
–Así, no. La táctica de este gobierno, como la de los anteriores, es posponer los temas importantes de la agenda para adelante, para que se encargue un futuro gobierno. Parecen pensar que las cosas pueden seguir siempre así. A veces pienso que añoran las épocas en que los árabes trabajaban como mano de obra esclava en Israel, sin reclamar ni levantar la cabeza en absoluto. Si no la añoran, al menos deben pensar que, de algún modo, es viable seguir manteniendo a una población de seis millones de personas sin derechos de ciudadanía alguna. Sin Estado. Sin nada.
–¿Cuál es, entonces, la visión de la dirigencia israelí a largo plazo?
–Ninguna. No hay visión de largo plazo. Sólo se piensa en las próximas elecciones. Así, van ya cuarenta y un años de ocupación. Mientras, la mayoría parece pensar que, en tanto seamos superiores militarmente, no habrá necesidad alguna de negociar. Que los asentamientos pueden seguir...
–¿Cree que habrá una invasión terrestre?
–Es posible. En este caso, las elecciones tienen un doble efecto: por un lado, alientan esta clase de acciones militares en pos del rédito electoral. Los bombardeos aéreos no provocan bajas propias. Por el otro, limitan su posible extensión, como es el caso de una posible invasión terrestre, debido a las bajas que ésta conllevaría. Por lo tanto, de haber una acción militar por tierra, estimo que sería corta. Los militares no son tontos y tiene muy presente el empantanamiento de los norteamericanos en Irak. La experiencia del fracaso de la guerra contra Hezbolá en el Líbano en 2006 también juega un papel. Por eso, no creo que estén buscando ocupar Gaza. Mucho menos a largo plazo. Sería insostenible. Implicaría un precio que nadie quiere pagar, mucho menos con elecciones por delante.
–¿Piensa que el presente curso de la política israelí en estos aspectos puede cambiar a futuro?
–(Medita unos segundos antes de responder.) Mucho depende de la política exterior de Estados Unidos. Hasta ahora siempre nos han respaldado en todo. La era Bush es un caso extremo en este aspecto. Si acaso me va a preguntar si las cosas con Obama pueden cambiar, no lo sé. Un poco quizá, si la nueva administración llega con verdaderas intenciones de cambio. De todas maneras, los conservadores del establishment israelí son duros.
Entrevista: Martín Suaya
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