El enviado de Barack Obama llegará a Medio Oriente el miércoles para reunirse con el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, y el presidente palestino Mahmud Abbas. George Mitchell fue designado el jueves pasado, pero prometió viajar a la región lo antes posible. Allí lo espera un Tel Aviv revolucionado por las próximas elecciones generales, una Franja de Gaza en plena crisis humanitaria y un Egipto desesperado en sus intentos por mantener el cese de fuego que consiguió hace una semana. Ayer, en El Cairo, representantes de Hamas y del gobierno israelí trataban de acordar la duración de la nueva tregua. El grupo palestino demandaba no más de un año y Tel Aviv no menos de 18 meses. Diferencias como ésas tendrá que ayudar a saldar Mitchell, quien aún no ha anunciado una reunión con algún representante de Hamas. Desde mediados de 2007, cuando Hamas puso fin a la violencia intrapalestina y tomó el control de la Franja de Gaza, ni Israel ni Estados Unidos ni Europa dialogan directamente con el grupo radical palestino. Quizá los 22 días de bombardeos, los 1300 muertos y los más de 5 mil heridos cambien eso. Ayer, en la frontera entre Egipto y la Franja, el miedo a nuevos ataques israelíes seguía vivo. Por la mañana, el gobierno egipcio ordenó desalojar a todos sus guardias del paso fronterizo de Rafah por miedo a un bombardeo, que afortunadamente nunca llegó.