Mar 29.10.2002

EL MUNDO • SUBNOTA  › VLADIMIR PUTIN ENDURECE SU POSTURA CONTRA LOS CHECHENOS

Así es la guerra antiterrorista del Kremlin

Por Nick Paton Walsh y
Jonathan Steele *
Desde Moscú

Rusia tuvo su día de duelo ayer mientras los moscovitas parecían aceptar la pérdida de más de 120 personas por el gas durante la toma del teatro, como un “mal necesario”. El presidente Vladimir Putin anunció que le daría poderes extras a las fuerzas militares para combatir el terrorismo y prometió que Rusia no cedería al chantaje. Las escenas de dolor rodearon el teatro mismo. Las hileras de flores dejadas en el frente del teatro crecían ayer lentamente, a metros de donde yacían los cuerpos sin vida de los rehenes, dejados ahí por los socorristas. El público pasaba entre las líneas de policías para dejar coronas. Pocos parecían conocer personalmente a las víctimas. Todos parecían golpeados por un dolor común. En Copenhague, donde comenzó ayer el Congreso Mundial Checheno, el vicepremier checheno Ahmed Zakaiev dijo que “Putin no entablará negociaciones para lograr una solución política al conflicto a no ser que la comunidad internacional tome medidas decisivas para llevarlo a la vía de la paz”. Por lo pronto, Estados Unidos y Gran Bretaña apoyan enteramente a Putin, y sólo el premier francés Jean-Pierre Raffarin dijo que “no hay otra solución que la política para el caso de Chechenia”.
“Le debieron decir inmediatamente a los médicos sobre el gas”, dijo Tatiana Sorkhina de 36 años, que no conocía a ninguna de las víctimas. “El gas era necesario –añadió–, ya que la crisis terminó rápidamente y hubiera podido ser mucho peor.” No creía que hubiera represalias en Chechenia. “Los chechenos son gente normal, como los rusos. Hay buenos y malos”. Viktor Pibovarov de 41 años, que estuvo parado en las barricadas de la policía durante horas, dijo: “Tenemos que comenzar a hablar con los chechenos ahora. Los rusos quieren paz, no guerra. Pero Putin es de la KGB. No negocia”. Otra mujer, que no quiso dar su nombre, sollozó: “Es imposible hablar de esto. Lo vi por televisión. Tanto dolor”.
Ayer comenzaron a verse retenes en todo Moscú, mientras la policía intensificaba la seguridad. Putin, que hasta ahora escapó a la crítica interna por su decisión de usar un gas nervioso letal, continuó su fuerte retórica antiterrorista, que terminó con una nota de dolor por las muertes del sábado. Los funerales de las víctimas serán financiados por el Estado, y la familias recibirán 100.000 rublos (3.150 dólares) cada una como compensación. Las nuevas medidas anunciadas para las fuerzas rusas no fueron detalladas, y parecían estar dirigidas a levantar la moral en un día de duelo oficial.
“El terrorismo internacional está haciéndose más audaz, actuando más cruelmente, y por aquí y por allá en el mundo se escuchan amenazas del uso de medios comparables a armas de destrucción masiva”, dijo Putin. “Si alguien intenta usar tales medios en relación con nuestro país, Rusia contestará con medidas adecuadas a una amenaza a la Federación Rusa, en todos los lugares donde se hallen los terroristas, los organizadores de esos crímenes o sus patrocinadores”, dijo. “Enfatizo: donde sea que estén”. Putin dio señales de estar siguiendo una línea más dura con el problema checheno: “Los trágicos hechos en Moscú han terminado, pero muchos problemas continúan. Estamos pagando un precio muy caro por la debilidad del Estado y por acciones inconsistentes”.
Los funcionarios rusos también descartaron improbables conversaciones futuras con el exiliado presidente electo checheno, Aslan Masjadov, una posición reiterada por las declaraciones presidenciales de ayer. Los medios pro Kremlin han tratado de relacionar a los secuestradores de rehenes de la semana pasada con Masjadov en otro esfuerzo por aislarlo como una especie de Yasser Arafat checheno, que está acusado de no combatir seriamente al terrorismo.
Los políticos en ambos lados del espectro parlamentario pidieron ayer que se hicieran nuevos esfuerzos por alcanzar una solución política. Gennadi Zyuganov, líder de los comunistas, el principal partido de laoposición en la Duma (Cámara baja del Parlamento ruso), dijo: “No hay una solución militar en Chechenia. El presidente debería nombrar una persona fuerte y experimentada como viceprimer ministro para armar un nuevo plan político y económico después de consultar con expertos. Cuando se tiene una economía que no funcionó durante 10 años y gente que no ha ido a la escuela durante 10 años, y no tienen otra cosa que hacer salvo tomar un arma, no se solucionan las cosas con medios militares”, añadió.
El líder comunista dijo que no había forma de justificar el alto número de rehenes muertos por el gas que usaron las fuerzas especiales. Pidió una sesión cerrada del Parlamento para examinar la seguridad del país. Boris Nemtsov, un importante miembro de la Unión de Fuerzas de Derecha, también dijo ayer que no había una solución militar en Chechenia. “Creemos que las fuerzas rusas deberían ser retiradas gradualmente, dejando sólo un pequeño contingente. Tendría que haber mesas redondas de conversaciones con los representantes de los varios grupos chechenos y con ministros del gobierno ruso”.
“Somos todos rehenes de la guerra”, decía el titular de la primera página del diario más conocido pero de poca circulación, Navaya Gazeta. El diario Kommersant tenía como titular “Sobredosis”. Pero otros diarios rusos apoyaron ampliamente la línea del gobierno de usar el gas e hicieron poca referencia a la guerra en Chechenia. La línea adoptada por la mayoría de los diarios parecía imitar la actitud de los moscovitas, cuyo dolor quedó atenuado por la certidumbre de que se hubieran producido un gran número de muertes si los terroristas no hubieran muerto por el gas.
* De The Guardian, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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