Amnesty International (AI) denunció ayer en un extenso documento “la falta de respeto de los derechos humanos en la Federación Rusa”, y condena particularmente el desenlace de la toma de rehenes en el teatro de Moscú el sábado y la situación en la república separatista de Chechenia. “Cuando la gente alrededor del mundo piensa en abusos de los derechos humanos en Rusia, piensa en Chechenia. Pero lo que es menos sabido es que el mismo clima de impunidad que ha marcado la situación chechena penetra en todo el sistema de justicia criminal de Rusia”, afirma el texto.
En un informe titulado “La Federación Rusa: la negación de la justicia”, AI expone la situación de los derechos humanos en el país y dice cómo los responsables de los abusos evitan regularmente la responsabilidad y están libres de perpetrar más violaciones a la ley. Esto incluye las torturas en las comisarías; condiciones crueles, inhumanas y degradantes en las altamente pobladas prisiones; violencia racista contra minorías étnicas y religiosas, las violaciones y torturas en Chechenia. “Un pernicioso ciclo de abuso de los derechos humanos existe hoy en Rusia. Si Putin quiere impulsar la labor de Rusia en el mundo, tiene que empezar a cumplir con la Justicia y los derechos para todos en Rusia”, afirmó la secretaria general de AI, Irene Khan.
“La horrible toma de rehenes en el teatro de Moscú es un recuerdo aterrador de la situación no resuelta en Chechenia. Hemos condenado este acto criminal como un despreciable abuso de los derechos humanos”, afirmó Khan. La titular de Amnesty también recalcó que “en este momento crucial de la historia de Rusia, el presidente Putin debe mostrar liderazgo político internacional y no cometer los mismos errores de Occidente al restringir los derechos humanos en nombre de la lucha contra el terrorismo internacional”, añadió. AI hace recomendaciones sobre cambios inmediatos, como el establecimiento de un órgano independiente que investigue casos de torturas.