ROSENDO FRAGA *

Un triunfo de los republicanos, que implique un avance en su control sobre el Congreso, traerá como consecuencia que la Administración Bush tendrá mayor libertad de acción para avanzar en la lucha contra el terrorismo, incluyendo el ataque a Irak, haya o no haya autorización de los Estados Unidos. Bush es el presidente norteamericano que llega con más popularidad a la primera elección de medio mandato, desde Eisenhower hace casi medio siglo, a comienzos de los años cincuenta. Esta popularidad no deriva de la bonanza económica, como sucediera con su predecesor (Clinton), dado que la economía norteamericana no está en expansión, sino del espíritu que se creó con motivo del ataque del 11 de septiembre. El tema de la seguridad internacional ha dejado en un segundo plano a la economía y esto es lo que explica la popularidad de Bush y la posibilidad de que su partido logre avances en el Congreso, que de concretarse profundizarán la actual política de guerra contra el terrorismo en todos los frentes. Para América latina, la elección legislativa norteamericana destaca la creciente importancia del voto latino. La población hispana es el 34 por ciento en Nuevo México y Nueva York, el 31,5 por ciento en California, el 30 por ciento en Texas, el 22,6 por ciento en Arizona y el 15,4 por ciento en Florida. Cabe destacar que dos de estos seis estados (Texas y Florida), son el que gobernó George Bush y el que administra actualmente su hermano. La inversión de los dos partidos (republicanos y demócratas) en idioma castellano ha sido record en materia de publicidad electoral. La población de origen latino al comenzar los años noventa era de 23 millones y ahora alcanza a 35, una población similar a la de Argentina y que es un tercio de la de México. La mayoría de los hispanos históricamente ha estado enrolada con los demócratas, como tradicionalmente ha sucedido con las minorías, pero en este comicio los republicanos esperan sacar ventaja de la popularidad que los hermanos Bush tienen entre los latinos, por los estados que han gobernado o gobiernan. Respecto de las consecuencias de esta elección para América latina, resulta claro que un triunfo republicano, que acentúe la prioridad de la lucha contra el terrorismo como eje de la política exterior norteamericana seguirá relegando a América latina en la agenda internacional de Washington.
* Director del Centro de Estudios Nueva Mayoría.