Mar 14.01.2003

EL MUNDO • SUBNOTA  › SOSPECHA DE CORRUPCION CONTRA UN MINISTRO SUYO

Una mácula en el gabinete Lula

Por Juan Arias *
Desde Río de Janeiro

En el camino de flores de Luiz Inácio Lula da Silva ha aparecido la primera espina. El semanario de información Istoé, el más cercano a la izquierda, ha publicado unas informaciones en las que el nuevo ministro de Transportes, Anderson Adauto, del Partido Liberal (PL) al que pertenece la fuerte Iglesia Universal, aparece presuntamente involucrado en una trama de corrupción cuando trabajaba en la alcaldía de Iturama, en el estado de Minas Gerais. Se le acusa de haber desviado de las arcas públicas el equivalente a 600 mil dólares junto al ex alcalde de la ciudad, Aelton de Freitas, que acaba de reemplazar en el Senado al nuevo vicepresidente de la República, el empresario José Alencar. En el entorno del ministro se piensa que se haya podido tratar de una venganza porque, ni bien llegó al ministerio, Adauto ha parado todos los proyectos en el campo de los transportes, una de las mayores bolsas de corrupción del pasado.
La noticia salió a la luz cuando Lula se preparaba para salir junto con otros 29 ministros con la Caravana contra el Hambre. El nuevo ministro, por prudencia, fue excluido del viaje. Sólo se sumó a la comitiva en la última parte del viaje. El ministro jefe de la Casa Civil, José Dirceu, ha dado orden de que el Ministerio de Justicia investigue la situación del ministro. Dirceu ha afirmado que las denuncias presentadas hasta ahora contra Adauto no son suficientes para separarlo de su cargo, pero aseguró que el gobierno llegará hasta el final en esta cuestión para evitar suspicacias.
Por su parte, el presidente del Partido de los Trabajadores (PT), José Genuino, dijo que la Justicia ya había archivado la vieja acusación contra el ministro, y por lo tanto el gobierno sigue dándole la confianza. Sin embargo, dentro del PT hay quien hubiera preferido una acción más persuasiva del gobierno para evitar toda sospecha de querer encubrir al nuevo ministro.
El obispo Rodrigues, de la Iglesia Universal, es el más afectado porque Adauto pertenece a su partido y probablemente había sido recomendado por él a Lula. Rodrigues alega que si el Tribunal de Cuentas ya había absuelto a Adauto, no hay motivo ahora para condenarlo. Y ha añadido que si Lula lo quiso a su lado en la última parte del viaje en la Caravana contra el Hambre, es porque tenía buena información de la inocencia del nuevo ministro.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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