Lunes, 29 de noviembre de 2010 | Hoy
EL MUNDO › WIKILEAKS PUBLICA DOCUMENTOS FILTRADOS DESDE HACE TRES AñOS
Los cables que salieron a la luz ayer proceden de SIPRnet, una red de comunicaciones supuestamente secreta que utiliza el Pentágono y a la que tienen acceso más de 2 millones de personas.
Una vez más, Wikileaks y sus filtraciones ocuparon ayer el centro de la escena con la revelación de más de 250 mil cables secretos del Departamento de Estado norteamericano. Si bien su portal sufre constantes desperfectos, la información desde allí cumple siempre su objetivo: poner en estado de alarma a Washington y sus aliados.
Wikileaks es un sitio web que desde hace tres años publica informes anónimos y documentos filtrados. Su director es el australiano Julian Assange y, desde hace dos meses, Kristinn Hrafnsson ejerce como portavoz, después de que por una disidencia Daniel Domscheit-Berg dejara su puesto. El lanzamiento del portal se realizó a fines de 2006, pero la actividad arrancó recién en julio de 2007. Desde entonces, su base de datos creció constantemente y llegó a acumular más de un millón de documentos.
El 5 de abril de este año, Wikileaks publicó un video en el que se ve cómo soldados estadounidenses asesinan en Bagdad al periodista de la agencia Reuters, Namir Noor Eldeen, a su ayudante y a otras nueve personas. El 25 de julio, los diarios The Guardian, The New York Times y Der Spiegel dieron a conocer 92 mil documentos sobre la guerra en Afganistán. La información había llegado desde el portal fundado por Assange y denunciaba la existencia de víctimas civiles, fuego, así como conexiones entre la inteligencia paquistaní y los talibán.
El 22 de octubre le tocó el turno a Irak. Wikileaks publicó 391.831 documentos filtrados desde el Pentágono. Allí se difundió que las autoridades norteamericanas dejaron sin investigar casos de abusos, torturas, violaciones e incluso asesinatos cometidos por la policía y el ejército iraquíes, aliados de las fuerzas internacionales que ocuparon Bagdad en 2004. Su trabajo en torno de la difusión de los pormenores de las guerras en Bagdad y Kabul no es su único marco de acción. Por su denuncia acerca de las masacres en Kenia, Wikileaks recibió el año pasado un premio de Amnistía Internacional.
Los cables filtrados ayer proceden de SIPRnet, una red de comunicaciones supuestamente secreta que utiliza el Pentágono y a la que tienen acceso más de 2 millones de personas. La SIPRnet se diseñó para resolver un problema que afectaba a todas las grandes burocracias: distribuir de manera secreta información confidencial entre muchos funcionarios que pueden estar en diferentes partes del mundo. Cualquier funcionario que tenga autorización para acceder a la red, puede echar un vistazo a los documentos del Departamento de Estado. En la última década hubo un incremento en el número de personas al que se le otorgó la “autorización de seguridad”, entre los que se cuentan militares, empleados civiles del gobierno, así como contratistas privados. Y alguno de ellos se lo envió a Wikileaks.
Meses atrás, Don Jackson, de SecureWorks, explicó el éxito de este sitio de filtraciones: “Un diario no puede publicar 90 mil documentos, pero Wikileaks lo puede hacer en cuestión de segundos”. Aunque eso parece cierto, también lo es que el portal es generalmente permeable a ataques, como ayer denunciaron en la red Twitter quienes trabajan en Wikileaks.
De acuerdo con lo que trascendió, Wikileaks está instalada en Escandinavia y sólo cuenta con un staff permanente de unos seis voluntarios, pero sus colaboradores pueden llegar a los mil. Los informantes envían, a través de redes seguras, los datos a los editores de Wikileaks, quienes después de analizar los archivos deciden si se publican o no. La organización enarbola un principio de transparencia radical que significa que cuantos menos secretos existan, mejor será la organización democrática de la sociedad. Wikileaks dice que es un espacio apolítico, pero también remarca que su acción está dirigida contra los regímenes totalitarios en el mundo.
Aunque Assange es uno de los protagonistas de la filtración de ayer, hace unos diez días que no se sabe del periodista australiano. Esto se debe a que, el 18 de noviembre, la Justicia sueca ordenó su captura internacional por un supuesto caso de abuso y violación contra dos mujeres ocurrido en agosto último, cuando visitó Estocolmo. El hombre nacido en 1971 negó los cargos en su contra y desde ese día se volvió una sombra.
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