EL MUNDO › CRECE LA POSICION ANTIGUERRA EN GRAN BRETAÑA
Rebelión en la granja de Blair
Por Alan Travis y Ian Black*
Desde Londres y Bruselas
La discusión entre el premier Tony Blair y el público británico sobre la guerra contra Irak fue confirmada ayer por una encuesta de opinión que demuestra por primera vez que una clara mayoría de los votantes británicos se opone ahora a un ataque militar. La encuesta, llevada a cabo durante el fin de semana, revela que Blair sufrió un significativo daño político con el debate sobre Irak. Su puntaje personal bajó a menos de 20 puntos, el nivel más bajo desde la crisis petrolera hace dos años y medio.
La encuesta de The Guardian/ICM de este mes también muestra que por lo menos una persona de los 1,25 millones de hogares en Gran Bretaña fue a la marcha antibélica en Londres, confirmando los estimados que entre uno y dos millones de personas fueron a la marcha. La encuesta revela que es la posición del premier y no la del Partido Laborista la que ha sufrido la ira de los votantes antibélicos. La posición del Partido Laborista bajó del 43 por ciento del mes pasado a 39 por ciento este mes, pero el gobierno todavía mantiene una saludable ventaja de ocho puntos sobre los conservadores si las elecciones fueran hoy.
La oposición a la guerra aumentó cinco puntos en el último mes, a 52 por ciento, con el apoyo a la guerra decayendo un 29 por ciento, el nivel más bajo desde que comenzaran las encuestas de este diario a fines de agosto. La oposición es mucho más fuerte entre las mujeres que entre los hombres, con el 59 por ciento de las mujeres diciendo que desaprueban un ataque militar a Irak. La mitad de los votantes conservadores se opone ahora claramente a la guerra, pero más votantes laboristas, el 44 por ciento, todavía dicen que aprueban la acción militar contra el 38 por ciento que dice que se opone.
Blair se enfrentó a más dificultades anoche en la cumbre de emergencia de la Unión Europea en Bruselas cuando Jacques Chirac insistió en que Francia vetaría una segunda resolución de la ONU que autorizara explícitamente la acción militar. “No hay necesidad de una segunda resolución hoy, a la que Francia no tendría otra opción que oponerse”, dijo Chirac. Blair, evidentemente irritado, se mantuvo en sus trece, diciendo: “Creo que la mayoría de la gente comprende que, si este desarme no se puede hacer pacíficamente, deberá ser hecho por la fuerza. Es por eso que necesitamos un plazo”. Straw le había dicho anteriormente a la BBC que el gobierno debía “tener en cuenta la opinión pública” y dijo que, si la mayor parte de la población se opone a la acción militar, sería “muy difícil por cierto en esas circunstancias”. Más tarde, su ánimo parecía haberse endurecido.
“No diría que toda esa gente en la manifestación, sin duda la más grande que he visto en mi vida en Gran Bretaña, representaba por sí sola la opinión del público británico, pero por cierto representaba una parte muy importantes de él. Pero hablando con gente que conocía en esa manifestación, algunos me dijeron que se oponían a la acción militar en cualquier circunstancia, otros dijeron que estaban preocupados de que la acción militar se tomara prematuramente pero aceptaban que la acción militar podía ser necesaria como un último recurso, y esa es la posición del gobierno británico.”
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.