Rusia y Estados Unidos no superaron sus diferencias en torno del levantamiento de las sanciones contra Irak, admitió ayer el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, tras entrevistarse en Moscú con el presidente ruso, Vladimir Putin, y con su canciller, Igor Ivanov. En tanto Estados Unidos utilizará más “fuerza” para restaurar el orden en Bagdad, dijo ayer su secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, quien enfrenta críticas por la dificultad de los militares para estabilizar el país. A todo esto, los cadáveres de al menos 3000 personas fueron hallados de una fosa común hallada en Babilonia, al sur de Bagdad. Y el general Tommy Franks, a cargo de la operación, fue acusado ante una corte belga de crímenes de guerra.
El Consejo de Seguridad de la ONU discutirá hoy el proyecto de resolución estadounidense que pide levantar el embargo que se impuso a Irak tras la guerra del Golfo, en 1991, pero Moscú insiste en que primero los inspectores de la ONU deben volver a ese país y verificar que ya no existen armas de destrucción masiva. Con grandes intereses en Irak heredados de la era soviética, Rusia quiere que la ONU tenga un papel importante en la posguerra para evitar que Estados Unidos goce de un completo control sobre el petróleo iraquí hasta que se forme un gobierno local. Asimismo el presidente de la OPEP, Abdulá ben Hamad al Atiya, dijo ayer en Moscú que el cartel no reconoce a Estados Unidos como representante de Irak en los asuntos relacionados con la exportación de crudo. “La OPEP no es una organización política, sino una asociación profesional de exportadores de crudo, por tanto esperaremos hasta que podamos hablar con un gobierno nacional de Irak”, declaró Al Atiya. También expresó la esperanza en que Irak restablezca plenamente su participación en la OPEP, donde en los últimos años –desde que la ONU en 1990 le impuso sanciones por invadir Kuwait– fue “un miembro formal”.