El gobierno de Australia confirmó ayer que se contactó en ocho ocasiones con el fundador de Wikileaks, el australiano Julian Assange, desde que está refugiado en la embajada de Ecuador en Londres. También anticipó que ha hecho preparativos para el caso de que sea extraditado a Estados Unidos.

El último de estos contactos a nivel consular con Assange tuvo lugar el martes, dos días antes de que Ecuador le concediera asilo diplomático, señaló en una nota a la prensa la oficina del ministro australiano de Asuntos Exteriores, Bob Carr. Personal consular australiano realizó la comunicación a través del personal de la embajada ecuatoriana que, posteriormente, transmitió los mensajes a Assange. Durante estas conversaciones, el fundador que está en la embajada ecuatoriana desde el 19 de junio declinó la oferta de asistencia consular aunque la agradeció, según informó el canal estatal de televisión ABC. Documentos oficiales desclasificados y publicados ayer por el grupo australiano de medios de comunicación Fairfax revelaron que Wa-shington persigue la extradición de Assange para procesarlo por cargos como los de espionaje y conspiración. Según estos informes, la embajada australiana en Washington estuvo al corriente de una investigación norteamericana de 18 meses contra Assange y “se toma seriamente” la posibilidad de que el fundador de Wikileaks sea extraditado a EE.UU. Los documentos muestran que el gobierno australiano no ha puesto ningún inconveniente a una posible extradición del activista y por medio de su embajador en Wa-shington ha solicitado ser avisado con antelación en el caso de que vaya a consumarse la medida.

Este extremo fue confirmado por el ministro de Comercio, Craig Emerson, quien en declaraciones al citado canal de televisión dijo que “lo que ha ocurrido es que la embajada hace su trabajo y se prepara ante la posibilidad de una extradición”. Emerson calificó a los preparativos como “planes de contingencia” y precisó que hasta el momento el gobierno de Australia carece de evidencias de que Estados Unidos está preparando la extradición de Assange.

Representantes políticos, legales y grupos de defensa de las libertades han instado al gobierno laborista de la primera ministra australiana, Julia Gillard, a que intervenga en la disputa entre Londres y Quito para asistir a Assange. La fiscal general de Australia, Nicola Roxon, dijo haberse tomado “un interés absoluto” por el caso pero señaló que el gobierno no puede hacer gran cosa y que hay límites.