Domingo, 19 de agosto de 2012 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATRO. "SE ME MURIó ENTRE LOS BRAZOS", POR EL GRUPO SINAPSIS.
La obra plantea la historia de dos hermanas docentes jubiladas, que cuidan de su padre enfermo y con el que tienen una relación opresiva, que pareciera modificarse a partir de la llegada de un hombre que encarna el pasado.
Por Julio Cejas
Este sábado, el grupo Sinapsis Teatro estrenó Se me murió entre los brazos, obra del prolífico dramaturgo argentino Alberto Drago, en la versión del director Gustavo Medaglia que debutó el año pasado con Sábado de vino y Gloria, otra exitosa obra del mismo autor. La propuesta, que podrá verse todos los sábados de agosto y setiembre a las 21 en La culpa fue de Lisandro (Entre Ríos 1435), plantea la historia de dos hermanas docentes, jubiladas, que cuidan de su padre enfermo y con el que tienen una relación opresiva, que pareciera modificarse a partir de la llegada de un hombre que encarna el pasado.
"En Sábado de vino y Gloria el público se identificaba con los personajes, pero en esta no creo que suceda lo mismo, mi idea es que el público se pregunte cómo la represión fue ancla en nuestra vida, tanto como país como a partir de nuestras propias represiones", dijo Medaglia a Rosario/12.
Nacido en Villa Mercedes (San Luis), el creador del grupo Sinapsis adopta a Rosario como "su lugar en el mundo" y se instala aquí desde el año 1994, formándose en los talleres del reconocido docente Oscar Medina, con quien aprendió a amar y tener respeto por el teatro, según comentó el propio director. "En el teatro encontré una profundidad de vida, me interesan las obras donde te podés reír y emocionar, pero en mi búsqueda pretendo que podamos pensar, que el público se quede charlando, no darle el hilo resuelto pero tampoco que le resulte algo tan extraño", afirma Medaglia.
- Dos estrenos, dos obras de Drago, toda una declaración de principios...
- Sí, elegí a Drago en primer lugar porque me gusta su escritura, la forma en que trabaja la cotidianeidad, creo que en esa simplicidad está su profundidad. Yo ya había establecido relación con él, incluso estuvo en mi primer estreno, y porque comparto además esta idea que desde lo simple se puede ser profundo. Soy muy observador de lo cotidiano.
En la lectura que hace Medaglia de Se me murió entre los brazos se desprende una pregunta que para él constituye el meollo de la obra escrita por Drago en 1977: ¿qué hicimos con nuestra libertad?
"Esta historia, escrita en dos actos, plantea en el primero la relación de dos maestras jubiladas y vírgenes con un padre que fue su gran represor y que ahora se está muriendo. Y, en el segundo, qué hacen cuando llega ese pretendiente que encarna el pasado, fruto de esa misma represión. Allí es donde se produce ese interrogante que tiene que ver con el tema de la libertad cuando circula después de tanta opresión", dice Medaglia.
El elenco está conformado por María Rosa Dariozzi, María Laura Ameli y Quique Marín; la escenografía fue creada por Alejandro Marchesa y Javier Ottaño quien también se desempeñó como asistente de dirección, colaborando también la actriz María Rosa Dariozzi en el maquillaje y Anju Manaker en prensa y difusión.
"Le di una vuelta de tuerca al final, para aportar un contenido más profundo, aunque parezca reiterativo quiero volver sobre el tema de la pregunta esencial: ¿qué hacemos con nuestra libertad? Después de haber convivido en una realidad tan represora y reprimida, en la que teníamos que compartir el peso de nuestras propias represiones con la situación represiva del entorno", ratifica Medaglia al volver sobre una pregunta que sigue teniendo vigencia en la Argentina actual.
- ¿Cómo ves la relación entre el teatro que se produce en Rosario y la respuesta del público local?
- Según los comentarios de alguna gente, hay cierto teatro que no les llega porque no lo entienden, otros se sienten agredidos por la violencia y los gritos que saturan la escena. Creo que habrá que tener en cuenta estas cuestiones, pero también hay factores como la difusión y el tema de las grandes salas que siempre estuvieron alejadas para los elencos rosarinos porque sus integrantes no son conocidos.
Volviendo a la obra de Drago, según la mirada de Medaglia el espectador está invitado a descubrir en el juego perverso de Mecha y Tina, una trama donde la fantasía se enfrenta con la realidad, activando preguntas muy difíciles de responder: ¿quiénes serán sus victimarios? ¿cuáles son sus límites? ¿hasta dónde son capaces de llegar estas perturbadoras hermanas?
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