EL MUNDO › EL ROL DE CHáVEZ EN LA FORMACIóN DEL BLOQUE REGIONAL

El camino de la integración

Según el intelectual venezolano José Sant Roz, la permanencia de Chávez en el poder garantiza la profundización del modelo de integración latinoamericano inaugurado con el rechazo al ALCA.

 Por Mercedes López San Miguel

En la Cumbre de Mar del Plata de 2005 la mayoría de los países de la región rechazaron el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) que impulsaba el gobierno del halcón George W. Bush. “Estados Unidos nos quería imponer el ALCA”, les recordó ayer Hugo Chávez a los medios tras salir de la votación y ante la mirada condescendiente de tres mujeres con sello propio en sus países como son la senadora y primera dama de Uruguay, Lucía Topolansky, la Nobel de la paz guatemalteca, Rigoberta Menchú, y la ex senadora colombiana Piedad Córdoba.

En aquella cumbre la sintonía fue evidente entre el líder venezolano y los entonces presidentes Néstor Kirchner y Lula da Silva. “¡ALCA, al carajo!”, dijo con su desparpajo habitual Chávez, más acompañado que cuando comenzó su gobierno allá por 1999. Un año después de ese encuentro en la ciudad balnearia, el Mercosur debió sobrellevar la embestida del país del Norte que intentaba convencer a Uruguay y Paraguay, dos de los socios más pequeños del bloque, para firmar un tratado de libre comercio. Tanto el mandatario oriental Tabaré Vázquez –quien recibió presiones de su propia alianza Frente Amplio– como su par guaraní Nicanor Duarte Frutos terminaron desistiendo de tal aventura.

En pocos años, las izquierdas constituyeron gobiernos en un número significativo de países buscando revertir las efectos de las recetas neoliberales de los noventa y la Unasur nació en ese contexto favorable a la integración y de relación más horizontal con Estados Unidos.

La acción solidaria de los presidentes de la región logró obstaculizar la instalación de bases norteamericanas en Colombia y repudió la situación en Honduras cuando Manuel Zelaya fue arrancado del poder a punta de fusil por los militares. Asimismo, la Unasur acompañó las liberaciones de secuestrados de la guerrilla Fuerzas Armadas de Colombia y el gobierno de Chávez se ofreció a colaborar desde su lugar de peso en la región.

Como una de cal y una de arena, en junio pasado el Mercosur suspendió a Paraguay luego de que el Congreso de ese país destituyera a Fernando Lugo entre gallos y medianoche por medio de un juicio político. Casi en simultáneo, el bloque aprovechó la oportunidad e incorporó a Venezuela, dado que el Senado paraguayo trababa esa incorporación.

El intelectual venezolano José Sant Roz señala a este diario que la permanencia de Chávez en el poder garantiza la profundización del modelo de integración latinoamericano. “El líder bolivariano aspira a que la realidad de la patria grande avance con rapidez. Que la industria y la producción se unan a un bloque extraordinario.”

En esa línea, José Félix Rivas, director del Banco Central de Venezuela, afirma que el gobierno tiene por delante pensar la integración desde un punto de vista productivo, esto es, una industria regional. “Tenemos que avanzar en la industria nacional y también con la industria de Unasur, porque se puede producir conjuntamente y de forma complementaria.” El economista da como ejemplo la quinua. “Se puede producir en Bolivia y Venezuela la procesa, y encima es un producto que brinda beneficios a la salud.”

Félix Rivas admite que el primer desafío que encara la economía venezolana es salirse de la dependencia del petróleo. “El mayor reto es pasar de una primera etapa en donde hubo un énfasis en lo social a lograr una economía que se oriente a generar una base podructiva que tiene que convivir con el petróleo y generar empleo de calidad.”

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Kirchner, Lula y Chávez, protagonistas de la cumbre del 2005.
Imagen: Télam
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