Desde París

Francia tuvo que conseguir con fórceps el pálido apoyo de sus socios europeos. Recién después de una conversación telefónica entre el ministro francés de Defensa, Jean Yves le Drian, y su par español, Pedro Morenés, Madrid accedió a poner a disposición de Francia... un avión de transporte. Ese perfil bajo fue adoptado por la casi totalidad de los aliados europeos de París: Dinamarca también ofreció un avión; Bélgica dos; Alemania y Gran Bretaña propusieron dos aviones de transporte pero no tropas para combatir, e Italia adelantó ayuda logística. El caso más “emblemático” es el de España. Ningún otro país europeo sufrió tanto como España las consecuencias del terrorismo que azota al Sahel: cinco españoles fueron secuestrados desde 2009 en esa región, además de las reiteradas amenazas recibidas por Madrid por los islamistas de Al Qaida que circulan en esos vastos y áridos territorios.

El foco que se abrió en Argelia con la crisis de los rehenes podría, sin embargo, cambiar las cosas. Así lo estimó el ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, quien declaró que era “posible que los países europeos decidan aportar no solamente su logística sino también soldados”. La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, adelantó que “países europeos habían expresado claramente que estaban dispuestos a respaldar a Francia por todos los medios, y no excluyeron un apoyo militar”.

Por el momento, sin embargo, no hay nada en el frente de batalla que se parezca a un europeo. La siempre muy guerrera OTAN se lavó rápidamente las manos, como si la forma y el fondo con el cual París se metió en Mali no permitieran un compromiso mayor. No obstante, Romano Prodi, el enviado especial de la ONU para Sahel, estimó que “a Francia no le quedaba más que la intervención en Mali para impedir que se instale una zona franca terrorista en el corazón de Africa”. El jueves, los 27 ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea aprobaron un plan destinado a entrenar al ejército maliense. Este plan implica el despliegue de 450 instructores europeos. Nada más. “Francia no está sola”, dijo en Bruselas Laurent Fabius. Sin embargo, las manifestaciones de aliento están acompañadas por escasos gestos concretos. Washington accedió finalmente a las demandas de París y pondrá a disposición de Francia medios aéreos para transportar tropas y equipos a Mali. Pero no habrá, por el momento, tropas europeas combatiendo en suelo maliense. “No podemos forzarlos a que lo hagan. Hay límites en la política de seguridad y de defensa, incluso si nosotros lo deploramos”, se lamentó el jefe de la diplomacia francesa, Laurent Fabius. El titular de la cartera insistió en decir que “sin Francia, no habría más Mali”.