El ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, dijo ayer que el gobierno estudia un recorte de unos siete mil millones de dólares para equilibrar las cuentas oficiales y garantizar el superávit fiscal este año, afectados por la eliminación de impuestos ante los reclamos sociales. Mantega explicó que la decisión fue tomada, entre otras cosas, para reemplazar el ingreso de fondos que se interrumpió cuando se redujeron algunos tributos, como el del transporte público, para dar respuesta a muchas de las demandas de las protestas que tomaron las calles del país.

“No habrá recortes ni en las inversiones ni en los servicios sociales del Estado”, garantizó el ministro en una entrevista con el canal de televisión Globo. Según Mantega, la medida afectará servicios contratados por el Estado, viajes de funcionarios y otro tipo de gastos considerados no prioritarios y persigue garantizar la meta de cerrar 2013 con un superávit primario equivalente al 2,3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). El ministro señaló que el monto definitivo del recorte deberá ser anunciado la semana próxima y previó que será suficiente para dar equilibrio a las cuentas fiscales, aunque no descartó que antes de fin de año sean adoptadas otras medidas similares.