Desde Santiago

Es una mujer de 41 años, tenía dos cuando su abuelo Salvador Allende murió de forma heroica y siendo leal a sus convicciones. Maya Fernández Allende vivió su infancia y adolescencia en Cuba, en un exilio absolutamente dramático. Su madre, Beatriz, hermana de Isabel y Carmen –las tres hijas del derrocado presidente chileno–, se suicidó cuando Maya tenía seis años. Una muy amiga de su mamá la crió como si fuera su hija. Muchas veces ha pensado que habría tenido una relación normal de abuelo-nieta y se habría reído con él, porque el líder socialista tenía muy buen humor.

La tía Isabel vive en la antigua casa de la familia Allende, situada en la calle Guardia Vieja de la comuna de Providencia, no muy lejos de la confitería en donde Maya dialoga con esta cronista. Esta es su zona: Maya se postula como candidata a diputada en Providencia y Nuñoa, antes fue concejala de ésta última por la Concertación, alianza que fue bautizada para las elecciones de noviembre como Nueva Mayoría.

Sus recuerdos sobre el Chile de hace cuarenta años se basan en los relatos de familiares y amigos que vivieron esa época oscura. Volvió a su país a los 21 años y se puso a estudiar en la universidad. La nieta de Allende se muestra optimista del cambio que se está dando en la sociedad. “Yo creo que la ciudadanía hoy está muy empoderada, que quiere participar. Cuando volví del exilio, en el 1992, viví un dolor hacia adentro, durante muchos años no se podía hablar de la crueldad de aquellos años y estamos en un momento en que las personas sacan el sentimiento hacia afuera. Hemos visto en las últimas semanas imágenes de televisión que nunca se habían transmitido y relatos que nunca se habían escuchado de esa manera, con tanto detalle.”

Fernández Allende, que es bióloga de profesión, se metió de lleno en la política cuando quiso ser concejala durante cuatro años (2008-2012) y desde este espacio reflexiona sobre el legado de su abuelo. “Era un gran ser humano, un luchador, leal a sus principios. Es un ejemplo de lealtad. El siempre trabajó la política vinculada con el mundo social, estuvo muy cerca de los movimientos sociales y sus dirigentes. Un hombre con un gran sentido del humor, querendón.”

Como parte de la apertura de la que habla, se comprende alguna voz proveniente de la derecha que pidió perdón, como fue el caso del ministro de Interior del gobierno de Sebastián Piñera. Andrés Chadwick, primo hermano del mandatario y miembro de la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente –UDI–, declaró recientemente que sentía un profundo arrepentimiento por haber sido partidario de un gobierno en el que se violaron los derechos humanos. La candidata a diputada valora esa actitud, pero dice que no es suficiente con el perdón. “Aquí, para avanzar, se requiere de verdad y justicia. Todavía hay familias que no saben dónde están sus seres queridos, a dónde llevarles flores, que no saben qué pasó. Ellos merecen conocer la verdad.”

La Justicia chilena avanza, pero lentamente, para llevar al banquillo a los genocidas. ¿Tendrá que ver con el modelo de reconciliación del país?

“En parte se debe a que hay personas que podrían dar información, pero mantienen el silencio. Ojalá muchas más personas den testimonio de lo que ocurrió. La Justicia ha hecho un mea culpa de su comportamiento. Necesitamos un papel de la Justicia mucho más del lado de las defensa de los derechos humanos.”

Maya Fernández acompañó a las agrupaciones de familiares en su reclamo para que renunciara el presidente del Servicio Nacional Electoral, Juan Emilio Cheyre. El ex comandante en jefe del Ejército dimitió, acusado de haber entregado un niño de dos años –Ernesto Lejderman– testigo del asesinato de sus padres, a un convento de monjas en 1973. “El (Cheyre) no está acusado de violación a los derechos humanos, pero sí sabía de estos casos. Hay un tema ético y no es factible que él represente un organismo del Estado democrático –señala la nieta de Allende sobre este asunto–. Además, se le solicitó a Cheyre que entregara más datos sobre los otros niños de embarazadas que habían estado detenidas y fueron asesinadas.”

En Chile no hubo un robo sistemático de bebés como en Argentina, pero sigue habiendo hijos e hijas de desaparecidos viviendo con otras identidades. “En eso tenemos que avanzar, porque no se sabe qué es lo que pasó en nueve casos.”

La candidata a diputada afirma que Chile necesita grandes transformaciones, y hace hincapié en el modelo económico. “Tenemos que garantizar derechos y para eso es necesario cambiar la Constitución, para que garantice la salud, la educación y la jubilación como derechos fundamentales. Los ciudadanos salieron a la calle para pedir una educación gratuita y para que se recupere la salud pública.”

Hubo quienes criticaron al equipo económico de Bachelet, por tratarse de economistas ortodoxos. Maya Fernández Allende está convencida de que un gobierno liderado por la candidata socialista cumplirá las promesas de campaña. “Espero que en marzo, cuando planteemos las transformaciones, tengamos la fuerza suficiente para llevarlas a cabo. Lo primero será tener una Constitución democrática”, afirma la mujer que se dice partidaria de convocar a una Asamblea Constituyente.