En septiembre, la confianza de los consumidores estadounidenses retrocedió a 76,8 puntos, anunció el instituto privado de Washington Conference Board. La caída, la más baja desde la guerra en Irak, se debe al impacto del desempleo en la moral de los estadounidenses. “Es una gran decepción, sobre todo después de las rebajas de impuestos”, opinó David Rosenberg, del banco de inversiones Merrill Lynch, refiriéndose al recorte impositivo para los más ricos que implementó Bush a principios de año para reactivar la alicaída economía norteamericana. Desde enero, la economía estadounidense perdió 595.000 puestos de trabajo y los analistas esperan que desaparezcan otros 25.000 cuando el viernes se anuncien las cifras de desempleo de septiembre. Y según un informe del Banco de Tokio-Mitsubishi y el UBS Warburg, las grandes cadenas declararon tres semanas consecutivas de baja en sus ventas en septiembre.