EL MUNDO
• SUBNOTA › REPORTAJE AL EX PRESIDENTE DE BOLIVIA Y HOMBRE DE LOZADA, JAIME PAZ ZAMORA
“Terminó una larga travesía en el desierto”
Por Francesc Relea *
Desde La Paz
El visitante entró en el salón de la residencia y encontró al presidente hablando por teléfono en inglés con el embajador de Estados Unidos. Colgó y enseguida entró otra llamada de Washington. Gonzalo Sánchez de Lozada preparaba su abandono de la presidencia de Bolivia y el camino hacia el exilio. A media mañana del 17 de octubre recibió al ex presidente y socio de coalición de gobierno, Jaime Paz Zamora (1989-1993), en la última reunión que mantuvo con un dirigente político. “Le dije: creo que la situación está clara. No tienes mayoría en la calle y desde esta mañana no la tienes en el Parlamento. Cuando terminé de conversar con él, estaba claro que renunciaba”, explica Paz Zamora.
El ex presidente recuerda los minutos últimos de Sánchez de Lozada como presidente, en una conversación con este diario en su residencia de La Paz. “Cuando me despedí, me fui a hablar con la prensa. El y su gente abandonaban la residencia por detrás. Fui el último en salir por la puerta principal, y debo decir que tuve una sensación de liberación interior, humana y política. Para mí terminaban diez años de travesía en el desierto, desde que Sánchez de Lozada generó en su primer gobierno todo un conjuro, en concomitancia con Estados Unidos, contra nuestro movimiento y lo que representábamos como proyecto político de izquierda democrática.”
El líder del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que combatió con las armas distintos regímenes militares, apoyó hasta el último momento a Sánchez de Lozada, a pesar de la distancia política entre ambos. Paz Zamora sólo asume parcialmente la responsabilidad de los partidos políticos en la crisis de su país. “También es responsable la prensa, la Iglesia, y los organismos financieros internacionales que aplaudieron las reformas de hace 10 años.” Dice estar convencido de que “los partidos políticos tienen una nueva oportunidad. Antes en Bolivia se entraba a palacio a tiros y se salía a tiros. Los partidos políticos se dedicaban a conspirar con los militares y así se hacía el recambio político”.
El ex presidente considera que las causas de la grave crisis boliviana van más allá del conflicto por la venta del gas o la reclamación de una asamblea constituyente. Esta es su interpretación: “En la última parte del siglo XX, Bolivia decide poner en marcha dos procesos de reformas. El primero es la reforma política para un país que nunca había tenido democracia. Comenzamos en 1978 con una transición dolorosa, con nueve presidentes y la constante intervención de las Fuerzas Armadas. Hasta 1982, que nace el primer gobierno de izquierda del doctor Siles Zuazo”.
Años más tarde comenzó el proceso de reforma económica hacia el libre mercado. “Comenzó bien con el fin de la hiperinflación por el gobierno de Víctor Paz Estenssoro –señala Paz Zamora–, pero terminó muy mal con el primer gobierno de Sánchez de Lozada, con las llamadas reformas estructurales en la economía: la ley de hidrocarburos, la capitalización con la que se privatiza de mala manera el ahorro nacional interno y la reforma de pensiones, que nos llevó de un déficit de 40 millones de dólares a una situación de 550 millones de dólares anuales de déficit, que representa el 6 por ciento de déficit fiscal.”
Según Paz Zamora, “el petardo que se armó con las famosas reformas estructurales en el primer gobierno de Sánchez de Lozada le explotó en las manos a él en su segundo gobierno. Esa es la explicación de fondo”. El desafío que enfrenta el presidente Carlos Mesa es, en opinión del líder del MIR, que crea que “con referéndum sobre el gas y asambleas constituyentes va a resolver el problema de los bolivianos”.
Al referirse a la prometida revisión de la ley de hidrocarburos y a la política sobre el gas y los recursos naturales, Paz Zamora subraya que “las empresas deben comprender que la seguridad jurídica es muy importante, pero mucho más importante es la seguridad socialmente sostenible. Y lo que ha pasado en Bolivia lo ha demostrado”. Para ello, reclama un acuerdo entre el Estado y las empresas en los distintos sectores, que le permita recuperar al primero recursos para encarar el desarrollo de Bolivia. Bolivia tiene en estos momentos un presidente que no tiene un solo diputado y que tendrá que actuar como una especie de primer ministro europeo, buscando la mayoría en el Parlamento. Depende de cómo actúen los partidos. “Nosotros lo vamos a apoyar completamente”, promete Paz Zamora.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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