La agenda del Papa en México ha tenido, desde luego, un alto grado geopolítico. La embajada argentina en París sirvió de escenario a una amplia reflexión sobre la geopolítica del Vaticano a través de la presentación exclusiva del libro En los secretos de la diplomacia vaticana, de la vaticanista francesa Constance Colonna-Cesari (foto). Se trata, hasta ahora, del único ensayo que explora las nuevas formas de la diplomacia vaticana, basada, sobre todo, en una consecuente política que consiste en desplazar las periferias hacia el centro. Así lo ha demostrado el Papa a lo largo de todos los viajes que efectuó hasta ahora. La presentación del libro contó con la asistencia de numerosos diplomáticos franceses y de altas personalidades de la cultura, los medios, la política internacional y la religión. Constance Colonna-Cesari observó durante la presentación organizada por la embajadora de Argentina en Francia, María del Carmen Squeff, que “el Papa, ahora en México, abordó no una periferia, sino un país central, el segundo país católico del planeta. Allí, Francisco concentró todos los mensajes que ha desplegado desde que llegó al trono de Pedro: en primer lugar la denuncia del conjunto de las violencias y las injusticias que azotan siempre a los pobres y que hacen de ellos pobres cada vez más pobres. De allí las diferentes etapas de este viaje a través de las cuales pudo dirigirse a los pueblos autóctonos de Chiapas como a los migrantes económicos, o a las poblaciones víctimas del narcotráfico, un mal que, según el Papa, merece la apelación de ‘guerra’, tal y como lo había planteado en las Naciones Unidas, en septiembre de 2015”.

Dos personalidades muy implicadas en la política internacional y en las cuestiones de la Santa Sede formaron parte del panel que presentó el libro. El ex embajador de Francia en el Vaticano, Bruno Joubert, y Jean Mendelson, ex embajador de Francia en Cuba. El primero, por su puesto, ha seguido de cerca las evoluciones de la diplomacia vaticana. El segundo, Mendelson, fue un testigo privilegiado de las negociaciones que, gracias a la mediación del Papa, condujeron a la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos.

Justamente, este viaje papal a México ha tenido un momento clave: la escala, en La Habana, Cuba, durante la cual, por primera vez en la historia desde el año 1000, un Papa se reúne con el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias. Francisco y Cirilo se entrevistaron durante dos horas en un gesto que, según Constance Colonna-Cessari, puso “a Cuba y a Raúl Castro en el centro de las relaciones internacionales, incluidas las que corresponden a las relaciones ecuménicas y diplomáticas con Moscú”. En cuanto al mensaje final de la gira mexicana del Papa, la autora del ensayo observó en la embajada argentina que “a lo largo de su desplazamiento, Francisco reafirmó una vez más su intención pacificadora para América latina, un continente que el Papa parece querer poner ante sus propias responsabilidades”.