EL MUNDO
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La voz de los opresores
El portón del Centro Bartolomé de las Casas suele mostrar manchas de brea o tizne: son rastros de los sabotajes lanzados contra el caserón. El odio y el orgullo raciales son complementarios en San Cristóbal: los miembros de la minoría blanca reivindican la conquista española y el sometimiento indígena haciéndose llamar “auténticos coletos”.“Coletos” y ganaderos son sospechados de promover la violencia contra las organizaciones humanitarias. Nueve años atrás, un “auténtico coleto” portando una caricatura de Lucifer-Ruiz explicó a este diario las razones de su ira: “Estas gentes vinieron a sembrar el odio en nuestros indios”. Esa misma tarde de febrero de 1995, durante una concentración frente a la catedral, el líder de los finqueros, Constantino Kanter, resumió ante Página/12 su visión del conflicto: “Samuel, el Sub Marcos y los de derechos humanos llenaron a Chiapas de marxistas y pinches mariguanos”.
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