“Sostener la justa causa de Bolivia –escribió Leopoldo Lugones cuando despuntaba el siglo XX en el texto El mar es la puerta franca de las naciones– es para mí un deber de argentino. La neutralidad de la nación no impone el silencio de la conciencia. Tampoco quiere nada contra ningún país americano y menos contra Chile. Y porque nada quiere contra ninguna, estoy con la causa justa de Bolivia y el Perú. Que esto no es estar contra Chile. Porque no es querer quitarle a Chile lo que queda suyo, nada de lo que supo ganarse con su independencia como nosotros y como todos los pueblos que entonces constituyeron naciones, ayudándose unos a otros para ello, y consiguiéndole entre sí, porque si se argumenta que sangre costó la tierra conquistada, sangre igualmente preciosa derramaron los que la perdieron. El mar es la puerta franca de las naciones. Toda nación litoral, a quien se clausure dicho acceso, quedará prisionera o cautiva y este es el caso de Bolivia despojada. La victoria tiene un precio que es la reparación y la indemnización, pero que en América no puede ser laconquista. El despojo de Bolivia viola esta ley de continuidad moral.